Nuevo capítulo de la crisis del PP de Barcelona. Tal como ha podido saber el TOT Barcelona, el presidente del grupo municipal de los populares en Barcelona, el regidor Óscar Ramírez, ha dimitido de todos sus cargos días después de que se hiciera público que había destituido hasta a tres asesoras del grupo municipal por, según supo el TOT Barcelona, falta de confianza y por considerar que estaban dedicando su tiempo no al Ayuntamiento, sino a preparar la campaña de Daniel Sirera. Varias fuentes han confirmado a este medio que el regidor que ha compartido mandato con Josep Bou no solo ha renunciado a su lugar en la ejecutiva nacional del PP en Madrid y al cargo de vicesecretario de política municipal del PP catalán. Además, se ha dado de baja como militante del PP, tal como ha confirmado el TOT.

Con todo, Ramírez continúa manteniendo el acta de regidor del PP en el Ayuntamiento y, por tanto, continúa siendo el presidente del grupo municipal.

Un conflicto en plena campaña

La dimisión de Ramírez llega el día antes de que arranque la campaña para las elecciones municipales del 28-M, donde el candidato del PP es Daniel Sirera. De hecho, como avanzó el TOT hace una semana, Ramírez rechazó ocupar el cuarto lugar de la candidatura de Sirera, aduciendo que merecía un lugar más arriba. Fuentes conocedoras del conflicto han confirmado al TOT que se produjo una situación «muy compleja» y desde el partido se daba por hecho que «todo explotaría pronto». Y así ha sido, un enfrentamiento entre familias del partido. “Barcelona es el campo de batalla de una guerra en toda Cataluña entre dos familias, la de Alejandro Fernández y la de Núñez Feijóo, y este último, con el apoyo de Alberto Fernández Díaz. Esto explotará pronto, la época de Vidal Quadras era una balsa de aceite comparado con ahora”, relataban al TOT fuentes próximas a Ramírez hace unos días al ser preguntados por la situación interna del partido.

El presidente del grupo municipal había cesado a Irene Pardo como miembro del Consejo Municipal del Distrito de les Corts, también q Míriam Casanova, asesora, y a Gema Gesa, secretaria. También había contratado a una persona de su estricta confianza, Miguel Raposo, presidente del PP en Grècia y exasesor del grupo municipal.

A raíz de estos ceses, la guerra interna se endureció. El entorno de Daniel Sirera lo acusaba de querer “reventarle la campaña a Daniel Sirera, hundirlo y cargárselo todo” y le recriminaban a Ramírez “el ánimo de venganza” después de no haber aceptado un “buen lugar” en la lista electoral.

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