El eurodiputado de Ciudadanos y candidato a la reelección, Jordi Cañas, cerraba la noche electoral del 9J asumiendo el «final de ciclo» que supone la enésima vez que los naranjas se quedan sin representación en unas elecciones. En Barcelona, los resultados de los liberales españoles son igual de malos que en el resto del país, con 3.775 votos (13.310 en Cataluña). Especialmente significativo es el resultado de Cs en Sarrià-Sant Gervasi: 433 votos que no suponen ni el 1% del electorado del distrito (caen más de un 13% respecto al 2019). Es un caso significativo porque sirve para explicar el cambio de paradigma en lo alto de Barcelona. Con Inés Arrimadas liderando el partido en Cataluña y el fichaje de Manel Valls para Barcelona, el partido arrinconó el PP como líder españolista de Sarrià-Sant Gervasi en 2019, consolidando un ciclo que había empezado cuatro años atrás, con los naranjas pisando los talones a los populares (una diferencia de menos de 1.000 votos) en las elecciones municipales de 2015, la primera victoria de Ada Colau en Barcelona.
Todo ello ya es historia. El último ciclo electoral, que va desde las municipales de mayo de 2023 hasta las europeas, pasando por unas elecciones españolas y unas para escoger el nuevo Parlamento de Cataluña, ha servido por consolidar la recuperación del PP en la zona alta de Barcelona. Los populares han conseguido que la mayoría de votantes de Cs vuelvan a casa y encadenan cuatro elecciones mejorando resultados en diferentes distritos que históricamente los habían estado favorables. En conversación con el TOT Barcelona, el jefe del grupo municipal del PP, Daniel Sirera, también atribuye la buena tendencia a dos factores más: «Estamos consiguiendo el apoyo de antiguos votantes de CiU en distritos como Sarria-Sant Gervasi, les Corts o el Eixample y recibimos voto del PSC a Nou Barris, Sant Martí o Gràcia», apunta Sirera, que recuerda que el PP también ha sido segunda fuerza en Nou Barris y a les Corts.

Pugna con Junts
Los populares han recuperado los buenos resultados en Sarrià-Sant Gervasi y en les Corts, que en estas cuatro elecciones han sido clave para un buen resultado popular en Barcelona. En todos estos territorios, el máximo rival político del PP continúa siendo Junts. En las elecciones europeas, la diferencia entre los dos (primero y segundo, respectivamente) ha sido de 7,23 puntos porcentuales en favor de los populares. Más ajustada todavía fue la diferencia en las elecciones catalanas del 12M, de solo 0,10% de votos, también en favor de los populares (26,47% PP; 26,37% Junts). En un inicio, solo 69 votos separaban Junts y PP en el distrito y el recuento final ha ratificado la victoria de los populares.
Por otro lado, en las elecciones españolas del 23J y en las municipales del 28M, la diferencia entre los dos ha crecido. En el primer caso, el PP se benefició de la polarización general, distanciándose a 15,18 puntos de Junts. En aquella ocasión, incluso el PSC superó la lista de Míriam Nogueras. Exactamente lo contrario que pasó el 28M, donde quien se beneficia de la polarización –en este caso, Colau-Trias– es Junts: Xavier Trias consigue el 40% del voto de Sarrià-Sant Gervasi. Sirera ve aquellas elecciones como una excepción y reprocha que Trias gana «ocultando que pertenecía al partido de Puigdemont». Revisando el global de la serie electoral, el popular se anima e incluso concluye que el PP «se ha convertido en una opción de gobierno» en la ciudad de Barcelona.