Ahora, hace 16 meses, Jaume Collboni era elegido alcalde de Barcelona con 10 regidores. El PP y Barcelona en Comú le habían apoyado para impedir que la ciudad fuera gobernada por independentistas. Y esto, a las puertas de unas elecciones españolas avanzadas que se convertirían en un plebiscito entre el frente PP-VOX y el frente del PSOE y el resto de formaciones políticas. Collboni era alcalde por un pacto en los despachos del PP y el PSOE, sin conocer que, poco después, el PSOE quedaría en manos de Junts y ERC para investir a Pedro Sánchez, a pesar de la victoria del PP. Las negociaciones en Madrid se alargarían hasta noviembre, un tiempo en el que Collboni tuvo paradas, oficialmente, las negociaciones para ampliar su exiguo ejecutivo. Después, empezarían a tomar forma las negociaciones del gobierno de Pere Aragonès para aprobar los presupuestos, y una nueva parada de los contactos en Barcelona a la espera del resultado en el Parlament. Paralelamente, ERC acordaba en febrero de 2024 apoyar a Collboni con los presupuestos, y poner las bases de un futuro pacto de gobierno.
Pero entonces irrumpieron las elecciones catalanas del 12-M, también anticipadas, por la negativa de los Comunes a aprobar las cuentas de ERC, que tenían el apoyo del PSC. La no aprobación dejó la ciudad sin unos 650 millones en inversiones, según los datos facilitados por Collboni, afectando a proyectos estratégicos en la capital catalana como la construcción del tramo central de la L9, la ampliación del Hospital de Mar o más de 1.700 pisos sociales.

Después de la convocatoria del 12-M, nuevamente Collboni puso el freno de mano a la espera de los resultados. Y con la llave en manos de ERC, todo se complicó en Barcelona. Hasta el 8 de agosto, cuando Salvador Illa fue investido presidente con los votos de los republicanos. Parecía que podía desencallarse el pacto en Barcelona, pero nuevamente, la política catalana impacta como un meteorito en el Ayuntamiento. La convocatoria de congresos en ERC -30 de noviembre- para enderezar la dirección; en Junts, del 25 al 27 de octubre, y también en los Comunes -que han declinado valorar la ralentización del calendario para aprobar los presupuestos-, a mediados de noviembre, vuelven a dejar en espera la política municipal, esta vez, con afectación sobre la tramitación inicial de los presupuestos, tal como ha avanzado el TOT Barcelona.
El año pasado se retiró el punto por falta de acuerdo
El mismo alcalde lo verbalizó este martes en RNE. Según Collboni, las negociaciones irán este año más lentas y habrá que esperar a diciembre, después del congreso de ERC, el último que se hará, para cerrar acuerdos. Esto se traduce en el hecho de que hasta el primer trimestre de 2025, la ciudad no podrá aprobar definitivamente las cuentas municipales, si este es el caso. El 16 de octubre, la comisión de Hacienda y Economía debatirá y votará la aprobación inicial de las ordenanzas fiscales. Otros años, este hecho coincidía con el primer debate de los presupuestos. El año pasado tenía que ser así, pero a última hora, Collboni retiró el punto del orden del día, después de que la oposición le tumbara las ordenanzas fiscales. La próxima semana tampoco se debatirá y diferentes fuentes de la oposición sitúan la tramitación inicial de las cuentas de 2025 a mediados de diciembre.
En declaraciones al TOT, el presidente de Junts per Catalunya-Trias per Barcelona en el Ayuntamiento, Jordi Martí Galbis, lo detalla así. «El año pasado, [Collboni] primero vio como se rechazaban las ordenanzas fiscales, y después retiró el punto del presupuesto. No lo quiso negociar por su debilidad como alcalde, y también la de su gobierno. Y por primera vez en la historia, un alcalde [de Barcelona] que no había ganado las elecciones aprobaba su primer presupuesto de un mandato con una cuestión de confianza (una herramienta de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que permite a los gobiernos en minoría sacar adelante unos presupuestos, con el límite de dos veces por mandato), que en realidad había perdido. Este año vuelve a decir que el presupuesto puede esperar hasta el primer trimestre del año que viene, pero lo dice porque sabe que no tiene apoyos para aprobarlo. Una vez más, la prioridad de Collboni solo es Collboni, y no Barcelona», valora Martí Galbis.

«Un alcalde sin proyecto», dice Martí Galbis
El presidente de Junts, un cargo que Martí Galbis ostenta después de que Xavier Trias dejara el Ayuntamiento, recuerda que Collboni llegó a la alcaldía con el voto de los Comunes y el PP. Y lo hizo, opina, «sin un proyecto detrás, y ahora pagamos aquella investidura». «Llevamos casi un año y medio donde la debilidad de Collboni siempre acaba siendo un ‘ya lo haremos más adelante’. Quizás él tiene tiempo para perder, pero no Barcelona. Tenemos un alcalde que cuando coge el micrófono se atreve a prometer ‘la más grande transformación de la ciudad del último siglo’, pero que es incapaz de aprobar un solo presupuesto cuando toca… La mayoría que le hizo alcalde solo fue una mayoría para cerrar el paso al alcalde Trias, y no una mayoría para hacer el cambio que Barcelona necesita y sus vecinos reclamaban».

Sirera exige dejar de lado los intereses partidistas
Otro partido que se ha mostrado muy crítico con el hecho de que no se tramiten los presupuestos ha sido el PP. El presidente de los populares en el Ayuntamiento, Daniel Sirera, considera «impresentable» que Collboni anteponga sus intereses a las necesidades de los barceloneses. «Mientras esperamos que unos y otros se decidan, la ciudad continúa sufriendo graves problemas de inseguridad, limpieza, vivienda y movilidad. Sin las inversiones necesarias para poner fin a todos estos problemas, la situación solo empeorará». Sirera pide el alcalde que priorice la ciudad ante «cualquier interés partidista» y presente los presupuestos que Barcelona necesita «para volver a brillar como hace años que no hace». El PP recuerda que el año pasado, Collboni ya tuvo que recurrir a una cuestión de confianza para aprobar las cuentas, lo que demuestra que «fue incapaz de tejer alianzas».
De hecho, en las cuentas de 2024, el único apoyo de la oposición con que contó Collboni fue de ERC, con quien los socialistas tienen cerrado un preacuerdo para formar un gobierno de coalición en la ciudad, a la espera de que las bases republicanas lo validen, pero esta votación difícilmente tendrá lugar antes del congreso nacional de ERC, previsto para el 30 de noviembre. Desde el grupo municipal que encabeza Elisenda Alamany, el regidor Jordi Castellana dice al TOT Barcelona que corresponde en el gobierno presentar el expediente de los presupuestos, «a pesar de que en otras ocasiones también se han planteado a finales de año con aprobación en enero o febrero. Por lo tanto, ya son tempos habituales».

ERC pide al PSC acercarse a su modelo de ciudad
Ahora mismo, ERC dice estar centrado en las ordenanzas fiscales del 2025, o sea los impuestos y tasas del año próximo. Para recibir su apoyo, los republicanos han puesto deberes al alcalde en el ámbito turístico. Por un lado, subir el recargo municipal de la tasa turística hasta los ocho euros, «para reinvertir los beneficios en la ciudad», y de la otra, «crear un mecanismo para que la ciudadanía vea compensada la tasa de residuos y no pagar lo que ensucia el turista». «Las ordenanzas fiscales tienen que servir para ver si el PSC se acerca de nuevo a nuestro modelo de ciudad», concluye Castellana.