La nueva Ordenanza de Convivencia que prepara el Ayuntamiento de Barcelona, para poner al día un texto desfasado de finales del 2005, protegerá los derechos de las personas LGTBI+, transgéneros e intersexuales de forma específica. La norma de hace 18 años menciona en el artículo 16 que se perseguirá cualquier conducta que atente contra la dignidad de las personas, así como cualquier comportamiento discriminatorio, ya sea de contenido xenófobo, racista, sexista y homófobo, o de cualquier otra condición. Fuentes municipales explican que el nuevo texto se tiene que adecuar a las leyes estatales y de la Generalitat que han salido los últimos años en este ámbito.
De hecho, el decreto que regula el proceso participativo para modificar la Ordenanza de civismo, el nombre como se conoce popularmente la norma, menciona la necesidad de ajustar el texto a la Ley de la Generalitat, del 10 de octubre del 2014, para garantizar los derechos de lesbianas, gays, bisexuales, transgéneros e intersexuales y para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia, así como a las leyes estatales, del 12 de julio del 2022, por la igualdad de trato y no discriminación, y del 28 de febrero del 2023, para la igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de los derechos de las personas LGTBI.
Agresiones el fin de semana pasado
La adecuación de la normativa se hace muy necesaria en Barcelona en un momento de continuadas agresiones homófobas y contra el resto de personas del colectivo LGTBI+, trans e intersexuales, como las que se han vivido en la ciudad este fin de semana pasado en Sant Martí y Sants, por citar dos de los casos más recientes. El viernes 9 de febrero, además, una decena de mujeres fueron atacadas por un hombre en la estación de metro del Camp de la Arpa. Una de las chicas recibió un puñetazo y sufrió lesiones graves, en lo que parece que podría ser un delito de odio, según los Mossos.

En el ámbito general, el Ayuntamiento ve la necesidad de modificar la ordenanza para que continúe siendo una herramienta efectiva «para hacer frente a las nuevas situaciones y circunstancias que pueden afectar o alterar la convivencia que se están produciendo últimamente en Barcelona». Por otro lado, la modificación de la norma «se considera indispensable dado que después de más de 18 años de vigencia se detecta la necesidad de emprender una adaptación de esta norma al ordenamiento jurídico vigente y a la realidad actual», dice el decreto, que se puede consultar a la
Sentencias judiciales en contra
Uno de los grandes problemas que ha tenido la Ordenanza de Convivencia en los 18 años de su existencia han sido las sentencias judiciales en contra en 2009 y 2015, y lo que hará el nuevo texto será adaptarse a las resoluciones que se dictaron, ya que algunos de los preceptos de la normativa fueron declarados nulos por los tribunales. Uno de los artículos que tumbó el Tribunal Supremo fue la prohibición de ir por la calle sin camiseta, un hecho que levantó una fuerte polvareda en tiempo de Xavier Trias como alcalde.
El proceso participativo que se abre pretende que haya «pluralidad» de voces en la redacción del nuevo texto. Además, se crea una comisión de seguimiento formada por representantes de las principales entidades de la ciudad, como la Mesa del Tercer Sector Social de Cataluña o la Federación de Vecinos y Vecinas de Barcelona, o de los sectores del turismo, ocio nocturno y restauración, entre otros.
Necesidad del acuerdo político
Otro paso que tendrá que superar la nueva norma para ser aprobada será el acuerdo de los grupos municipales, con diferencias importantes, puesto que mientras PSC y Trias por Barcelona, por ejemplo, son partidarios de endurecerla, Barcelona en Comú siempre ha defendido una revisión a la baja. Durante el primer mandato de Ada Colau, entre 2015 y 2019, lo intentó, pero no se salió.