El candidato a la alcaldía de Barcelona por ERC, Ernest Maragall, propone ampliar las aceras de la ciudad e ir reduciendo gradualmente los carriles de circulación. Su objetivo es lograr el Plan 60-40, es decir, que el 60% de la ciudad lo puedan ocupar los peatones y el 40% restante los vehículos, por, de este modo, conseguir «una ciudad más preparada para andar». Con esta propuesta, el alcaldable pretende revertir el «no modelo» que hay ahora mismo, puesto que, segundos él, su modelo tiene una “visión global” y supone “todo el contrario de la visión concentrada en 20 calles del Eixample”.
“Tenemos una ciudad en que el 40% del espacio público es por los peatones y el 60% es por los vehículos, estamos en condiciones de cambiar esta proporción y hacer que el 60% sea por los peatones, y el 40% por el tráfico”, afirma Maragall. El candidato por Barcelona afirma que «para pacificar la ciudad se tiene que reducir el tráfico«, una idea muy similar a la que ya tenía su hermano hace 35 años. En el mismo momento, pero, Maragall también afirma que revertir la tendencia actual se tiene que hacer «garantizando la movilidad de los vehículos» siempre.
Con esta medida, desde Esquerra Republicana calculan que se añadirían «4 m2 de espacio público pacificado» por cada habitante de la ciudad, es decir, una superficie superior a 650 hectáreas, que equivalen aproximadamente en 37 parques de la Ciutadella.
Un plan para toda la ciudad
El plan que propone el alcaldable republicano convertiría todas las calles de menos de 12 metros de anchura en calles con prioridad peatonal, y a los que tienen una anchura superior a los 20 metros reducir el número de carriles «progresivamente». Maragall asegura que se tiene que actuar con «diálogo, calidad urbanística y con la gradualidad adecuada para evitar efectos secundarios negativos como la gentrificación o la afectación a la actividad comercial». Unos factores que han sido la fuente de muchas críticas a la reforma urbanística de la ciudad del gobierno de Colau.
