Jaume Collboni parece abocado a una segunda cuestión de confianza si quiere aprobar los presupuestos para el año 2026. Después de que el alcalde haya descartado aplazar la votación, prevista para el pleno del 21 de noviembre, tal como le ha pedido Barcelona en Comú para tener más tiempo para negociar, el viernes las cuentas podrían ser rechazadas. Collboni, entonces, se verá obligado a activar, por segunda y última vez este mandato, la cuestión de confianza para que los presupuestos, más de 4.180 millones de euros, salgan adelante.
Este miércoles, en una comisión extraordinaria de Economía y Hacienda, se ha vivido un primer anticipo de lo que el viernes puede suceder en el pleno si antes socialistas y Comuns no cierran un acuerdo en menos de 48 horas. Los Comuns han hecho reserva de voto a la espera de que, desde ahora hasta el viernes por la mañana, las negociaciones se desbloqueen, pero tal como ha dicho la concejala de Barcelona en Comú Gemma Tarafa ahora las posiciones entre los dos partidos están lejanas.

La comisión se ha convocado para dar respuesta a las alegaciones de los grupos municipales y del Gremio de Restauración -en total se han presentado 612, de las cuales 457 eran de Junts-, pero la mayoría de los partidos ya se han posicionado de cara al viernes. Tras cerrar un acuerdo con Collboni, ERC ha votado a favor y lo mismo hará el viernes. En cambio, Junts per Barcelona, PP y Vox se han posicionado en contra de las cuentas municipales. Collboni si quiere aprobar los presupuestos depende de los Comuns, pero todo apunta que si no hay un milagro de última hora el alcalde tendrá que activar la cuestión de confianza para disponer de las cuentas aprobadas a principios de año.
El debate en la comisión lo han centrado el teniente de alcaldía del área económica, Jordi Valls, y Tarafa. Valls ha dicho a los Comuns que han tenido tiempo para negociar desde julio. «Ahora nos piden tiempo y nos hacen propuestas de última hora». Por su parte, Tarafa ha reprochado al concejal socialista que, en realidad, las negociaciones comenzaron el 16 de octubre, después de cerrar el acuerdo por las ordenanzas fiscales.
Los Comuns han recordado a Collboni que está ante la última oportunidad de aprobar unas cuentas por la vía ordinaria, después de que las de 2024 fuera necesario una cuestión de confianza y las de 2025 se prorrogaran, dando por hecho que las de 2027, a las puertas de las elecciones municipales, se tendrán que prorrogar. En respuesta a los Comuns, Valls ha dicho que con acuerdo o sin él, la ciudad tendrá unos nuevos presupuestos en 2026. En enero de 2025, los socialistas ya rompieron las negociaciones con los Comuns para las cuentas de este año por las exigencias cada vez más elevadas de los ecosocialistas.
¿Qué es una cuestión de confianza?
La cuestión de confianza es una herramienta de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG) que permite a los gobiernos en minoría sacar adelante los presupuestos, con el límite de dos veces por mandato. Otros alcaldes, como Xavier Trias y Ada Colau, también la utilizaron. Una vez se activa la cuestión de confianza, los partidos disponen de 30 días para encontrar un reemplazo para la alcaldía, en este caso a Collboni. Así ocurrió en 2024. Pero como los partidos de la oposición no se pusieron de acuerdo para proponer un nuevo alcalde, pasados los 30 días, las cuentas municipales recibieron la luz verde definitiva.
Entre las demandas que los Comuns han puesto sobre la mesa para aprobar las cuentas municipales del gobierno está la prohibición de las compras especulativas de vivienda en la ciudad, lo cual los socialistas también defienden, y hacer más ejes verdes en la ciudad, concretamente en el paseo de Maragall y en la calle de Creu Coberta-Sants y terminar el de Consell de Cent en la Meridiana. Valls ha destacado que por el paseo de Maragall pasan numerosas líneas de bus, un hecho que hace inviable la propuesta en los términos planteados por los Comuns. «Lo que se haga ya no sería una supermanzana».
Más medidas contra el sinhogarismo
Por otro lado, la formación que el Ayuntamiento encabeza Janet Sanz también ha planteado invertir los 20 millones que ahora se destinan a la promoción internacional de Barcelona en vivienda, y más medidas para hacer frente al sinhogarismo en la ciudad -con la apertura de tres nuevos centros especializados y 350 pisos para la mesa de emergencia social, entre otras propuestas-.

