Final del verano y vuelta a la política en Barcelona. Con la política española enzarzada y con un calendario municipal que apresura en la búsqueda de parejas de baile para sacar adelante los presupuestos municipales. Tanto el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, como los grupos políticos municipales, acordaron hacer un paréntesis durante el mes de agosto. Un mes en el que todos los grupos consultados por el TOT aseguran que no ha habido «contactos» ni «negociaciones» sobre la ampliación, o no, de del gobierno del PSC, con solo 10 concejales. Han pasado dos meses y medio desde que Collboni fue investido alcalde con solo 10 regidores, pero con el voto de los Comunes y del PP, arrebatando la alcaldía a Xavier Trias, que había ligado un pacto en minoría con ERC confiando que obtendría la vara de alcalde por no haber mayoría alternativa. Desde entonces, Collboni, lejos de correr a buscar alianzas para dar estabilidad a un gobierno que no tiene suficientes ediles para cubrir cada distrito, ha optado por alargar su «soltería» y no dar pistas sobre cuál será su preferencia para hacer pareja, o trío, durante este mandato. Es más, las señales son contradictorias. Tan pronto hace un guiño a los Comunes -con la reforma de Sant Antoni- como los fustiga revirtiendo el urbanismo táctico de la calle Pelai, o abandera el pla Endreça para acercarse al PP y a Trias X Barcelona en ámbitos como la seguridad, la limpieza o el civismo.
Pero sea como fuere, lunes 4 de septiembre los 41 regidores vuelven al trabajo y se reactiva la partida y es el alcalde Jaume Collboni quien, en nombre del gobierno municipal, tiene que buscar alianzas para sacar adelante los presupuestos, que arrancará en octubre y tendría que estar aprobada a finales de año, sin la cual el ejecutivo no rueda. Las sumas son las que son. No tiene bastante con Barcelona en Comú (19), ni tampoco con el otro socio de investidura, el PP (14). Sí con Trias X Barcelona (21). En cuanto a ERC, sus 5 regidores sí que podrían dar una mayoría con los Comunes y el PSC, 24 regidores. En todo caso, no hay una oposición organizada. Son 31 regidores en 4 partidos, pero ninguna suma alternativa. Al final, Jaume Collboni, segundo candidato lo 28M y con el gobierno más exiguo de la historia de la ciudad, ha conseguido que todos los partidos orbiten a su alrededor a la expectativa de los movimientos que pueda hacer. Todos, de una manera u otra, de forma más o menos evidente y por razones diferentes, se han ofrecido en el gobierno del PSC. TOT Barcelona ha conversado con esta oposición para mirar de ofrecer un dibujo de cómo arranca la partida de ajedrez en la ciudad después del descanso estival.

Barcelona en Comú: presupuestos ligados a la incorporación al ejecutivo
Los Comuns son los que han fijado de forma más nítida su posición sobre el gobierno en minoría de Collboni a las puertas de la negociación de las cuentas municipales del 2023: No hablaremos de presupuesto si no está en marcha una negociación sobre el gobierno municipal y sobre el proyecto de ciudad. Por lo tanto, no votaremos unos presupuestos si en paralelo no hay un proyecto claro de gobierno progresista. Trabajamos en la idea inicial de un gobierno a tres con ERC. A Collboni se le acaban los 100 días de gracia y tendrá que elegir», dice en conversación con el TOT Barcelona la portavoz adjunta de Barcelona en Comú, Janet Sanz. La política no cree, pero, que la decisión que tome Collboni de iniciar conversaciones para ampliar el ejecutivo esté vinculada a las negociaciones a Madrid: «Sería extraño ver aquí un gobierno de derechas y a Madrid una alianza con nosotros». En todo caso, Sanz cree que a estas alturas el gobierno del PSC «vive de la herencia del anterior gobierno, con la Vuelta, los carriles bici, la visita a la alcaldesa de París, las obras que están en marcha y que mejorarán la ciudad, como la Via Laietana, la conexión del Tranvía o la Supermanzana. De hecho, se ha encontrado una ciudad con un modelo muy definido, a pesar de que haga gesticulaciones como la calle Pelai o el plan Endreça, que en realidad no tiene jefe mesura estrella que no hiciéramos antes». Es en este sentido que Janet Sanz también justifica el voto a la investidura como «la única manera de dejar abierta la posibilidad de formalizar un gobierno progresista con ERC», que a parecer de los Comuns es la única fórmula viable para dar estabilidad al ejecutivo barcelonés.
ERC: «En el inicio de mandato, somos oposición»
Los republicanos, que tendrían la clave para dar una mayoría absoluta a Collboni si quiere sumar con los Comuns, de momento no se plantean la entrada al ejecutivo, si bien no cierran la puerta definitivamente. En conversación con este diario, la portavoz de ERC, Elisenda Alamany, insiste que a estas alturas el papel que quiere jugar el partido es el de oposición: «Sí, queremos ser la garantía de políticas progresistas en la ciudad, pero estamos lejos de plantearnos una entrada en el gobierno. Somos conscientes que somos oposición y haremos oposición. Vemos cierta desesperación de los Comunes para entrar al gobierno y salvar los muebles, pero nosotros no estamos en esta situación, no regalamos votos gratis a nadie ni seremos la muleta del PSC». Ahora bien, Alamany también advierte que en este mandato los republicanos harán una oposición «diferente» a la que hicieron en los anteriores dos mandatos, bono y siendo consciente que «pueden pasar muchas cosas» que hagan virar la posición de los republicanos.
De entrada, ERC considera que los primeros pasos de Collboni han sido para «desmantelar» la obra de gobierno de los Comuns y «sometidos a las condiciones que impuso el PP el 17 de junio». En cualquier caso, Alamany asegura que el «gran temor» de ERC es que Collboni apueste por la «sociovergencia», que daría mayoría absoluta. Sea como fuere, de momento, ERC promete una «oposición fiscalizadora», consciente que «en los últimos años no hemos hecho una oposición clara». Ahora, pero, los 5 regidores republicanos consideran que «tiene que quedar claro qué modelo de ciudad tiene ERC y en que se diferencia de PSC, Comunes y Juntos», remacha la portavoz republicana al consistorio. En todo caso, insiste, «no hay sobre la mesa ninguna propuesta para entrar al gobierno».

Trias X Barcelona: el efecto Madrid
En el caso de Trias X Barcelona, ganadora de las elecciones y a la vez potencial socio que daría la mayoría absoluta a Jaume Collboni, todo está más condicionado por el escenario de las negociaciones a Madrid, dado el papel clave que tiene Junts per Catalunya. Insisten al TOT que no han puesto Barcelona como condición de nada en un hipotético acuerdo, pero reconocen que «no se entendería mucho que en Madrid gobernara el PSOE con los votos de Junts y que en Barcelona lo hiciera Collboni con los Comunes a pesar de que ganamos las elecciones nosotros«, dice el portavoz de Trias X Barcelona, Jordi Martí Galbis. En todo caso, para este grupo municipal, el que acabe pasando con el gobierno barcelonés transciende las fronteras municipales, y Galbis avisa que «los tripartitos son la tendencia natural por todas partes» y entiende que «ERC quiere entrar al gobierno». «Un acuerdo PSC-Comuns-ERC sería una mala noticia para la ciudad y el país, pero sería una buena noticia para Trias X Barcelona, porque nos dejaría absolutamente el monopolio de la oposición, seríamos la única alternativa, pista libre durante 4 años para consolidar una alterativa para ganar el 2027″.
¿Quiere decir esto que Trias X Barcelona cierra la puerta a la llamada «sociovergencia»? No. «Estamos abiertos a todo, pero no ha habido ninguna conversación para sondearnos por parte de Collboni. Ninguna negociación, ni de gobierno, ni de presupuestos», confirma Galbis, que insiste que el PSC tiene que «elegir» entre el modelo de Colau o una alternativa, remarcando que el pacto que lo llevó a ser alcalde fue «sucio». Sea como fuere, Juntos cree que el efecto Madrid tendrá un «impacto importante» en la elección de socios que finalmente haga Jaume Collboni para dar estabilidad al ejecutivo local, sobre todo porque «los Comunes gestionarán la situación a Madrid para presionar para entrar a Sant Jaume lo más rápido posible».

El PP aconseja «la aritmética variable»
Y el PP, con 4 regidores, no entra en las sumas posibles por un gobierno en mayoría absoluta, pero su estrategia pasa para que el alcalde no elija un socio estable, sino que juegue a la aritmética variable para que los populares puedan marcar perfil propio. Es más, el líder del PP en Barcelona, Daniel Sirera, considera que Collboni «ya está haciendo cosas y Barcelona no se ha parado». «No veo imprescindible la suma otros partidos para tener estabilidad, no veo la necesidad de sumar los Comunes, ERC o Trias, porque los primeros meses del gobierno en minoría, aunque tengan que trabajar más, están dando resultados, hay cambios», dice Sirera en conversación con el TOT. Es más, el popular, que insiste a desvincular aquello que pase a Madrid del gobierno municipal, alerta Collboni que haría «un mal negocio» sumando nuevamente los Comunes. A parecer suyo, «los ciudadanos de Barcelona han dicho a las urnas que vuelan un gobierno de aritmética variable, Barcelona es muy plural, y si las cosas se pueden aprobar con el sí de 3 partidos, o de 4, mucho mejor. El ejercicio de diálogo permanente y negociación mujer más buenos frutos para la ciudad, aunque sea más cansado», remarca el líder del PP.
Además, ante un hipotético tripartido con ERC y los Comunes, Sirera recuerda que «el gobierno no tendría que tomar decisiones importantes para la ciudad sin los 11 regidores de Trias X Barcelona, que ganó las elecciones». Consciente que los 4 regidores del PP no dan «bastante fuerza para asumir responsabilidades de gobierno», sí que remarca que hará una «oposición muy responsable», siempre que Collboni ni ponga «en manos de Colau la ciudad». «En este caso, me sentiré totalmente liberado para hacer una oposición mucho más contundente», alerta Sirera.
Con las posiciones fijadas, el 4 de septiembre los 41 regidores volverán a la plaza de San Jaime y pondrán en marcha nuevamente la maquinaria municipal, con la mirada puesta en los presupuestos y pendientes también de Madrid.