La presidenta de la Federación de Barcelona de ERC, Creu Camacho, mantiene su compromiso de liderar el partido en la capital a pesar de la oleada de dimisiones de las últimas 24 horas en la dirección. Camacho se defiende de las críticas en un comunicado en el que reafirma la voluntad de generar una «perspectiva diferente, fresca y renovada» dentro de la Federación y pide no caer en las luchas internas del pasado. «Las dinámicas propias de otros tiempos de conflicto constante entre corrientes internas, que tanto han debilitado recientemente nuestra imagen, no son el camino para Esquerra Republicana», expresa en el texto.
Ocho de los trece miembros que componen la dirección de la Federación han presentado su renuncia acusando a Camacho de olvidar los objetivos de la candidatura –crítica con la dirección nacional– y someterse a las órdenes de Elisenda Alamany, secretaria general y cara visible en el Ayuntamiento. En el escrito, la presidenta «lamenta profundamente» la decisión que han tomado los compañeros y defiende que su prioridad ha sido «atender, respetar y escuchar a la militancia». «Ahora nos toca seguir trabajando para apoyar todos los procesos que deba implementar la Federación», insiste la dirigente en el escrito.
Carta a la militancia
Camacho envió el jueves por la noche una carta a la militancia remarcando de nuevo su compromiso de «superar viejas discrepancias» y mirar las elecciones municipales de 2027 «con ambición». La manera en que el partido articula las listas de las próximas elecciones es, de hecho, el principal detonante de la crisis. Perfiles de la dirección críticos con el camino escogido por Camacho apuntan al Tot Barcelona el intento por parte de Elisenda Alamany de controlar la comisión que determina las listas electorales y el proceso de primarias como la gota que ha colmado el vaso.
Los miembros de la dirección que han dimitido apuntan en su comunicado a “una deriva de la presidencia, compartida en muchos casos por la vicesecretaria general de organización, que ha comportado la subordinación de la Federación a los intereses del Grupo Municipal y ha ido apartando el papel de las bases que nos dieron su confianza”.
Los críticos ya habían lamentado que Camacho ignorara su promesa electoral de hacer una consulta a la militancia sobre la posible entrada en el ejecutivo de Collboni. Meses más tarde de aquellas críticas, ahora también señalan conflictos logísticos motivados por la supuesta voluntad de Alamany de controlar la economía del partido en favor del grupo municipal. El texto publicado por los dimisionarios la acusa de «tener pendientes aportaciones económicas vitales que corresponden a la Federación».
