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La ‘opción C’ que fulminó el reinado del PSC en Barcelona

«Que quede claro, nosotros uniremos los tranvías por la Diagonal». No ha podido ser más contundente Jaume Collboni (PSC) sobre el polémico proyecto que impulsa Ada Colau y que cuenta con el rechazo inequívoco de Xavier Trias, que ya usó el Tranvía como impulso para conseguir la alcaldía en 2011. El alcalde de aquel momento, Jordi Hereu, se proponía convertir la Diagonal en la «calle mayor» del área metropolitana, con espacios verdes y un tranvía que uniera diferentes ciudades metropolitanas. Una propuesta de consenso –inicialmente, solo el PP la rechazaba– que con el paso de los días se fue complicando hasta acabar sembrando el final del legado socialista al Ayuntamiento de Barcelona.

El proyecto empezó a tomar forma durante la campaña del 2007. ICV quería unir el Tranvía, Trias proponía rutas alternativas, como por ejemplo una bajada por la rambla de Cataluña, y el PSC no las tenía todas con el proyecto. Era época de tripartido en Cataluña, con los socialistas gobernando con ERC e iCV. También el inicio de una crisis económica que ya empezaba a hacer acto de presencia. Y con este contexto, el Ayuntamiento fue estudiando diferentes propuestas de tranvía con la Generalitat, administración que tenía que dar el sí definitivo.

Jordi Hereu, durante su etapa de alcalde | EP
Jordi Hereu, durante su etapa de alcalde | EP

Las reuniones acabaron el 18 de marzo de 2010, cuando el gobierno municipal presentó una consulta ciudadana con tres opciones. La idea inicial era decidir sí (A) transformar la Diagonal en un bulevar o (B) en una rambla. La transformación de la Diagonal estaba decidida y solo faltaba saber qué forma tomaría. Pero la insistencia de los grupos de la oposición a añadir una tercera opción que anulara las dos anteriores provocó que Hereu acabara cediendo. Así, a la consulta final aparece también la opción C: no tocar nada.

Un fracaso sin precedentes

Además, por primera vez 1,42 millones de barceloneses tenían que votar a través de internet, en un proceso que el mismo alcalde criticó a posteriori por haber tenido «más errores de los permitidos». El proyecto inicialmente solo contaba con la desaprobación de los vecinos de la Diagonal, a quien el hecho de tener obras ante casa no los convencía. Finalmente, pero, el fracaso fue absoluto. Solo un 12,17% de participación y un rechazo general del 80% de los votantes, que se decantaron mayoritariamente por la tercera opción.

Los resultados abrieron una crisis prácticamente sin precedentes en el Ayuntamiento. A pesar de que la participación fue baja y que el argumento principal de los críticos reposaba en el coste elevado del proyecto (en tiempo de crisis), la ciudadanía fue demasiado contundente para que no volaran jefes. «He leído con claridad el resultado de los barceloneses», dijo un Hereu que también pidió públicamente el cese del primer teniente de alcalde, el socialista Carles Martí. Martí fue lo primero a caer, pero no el último. Pilar Conesa, gerente de sistemas de información, renunció al cargo por los erros técnicos durante la consulta.

Jordi Hereu con Ada Colau y Xavier Trias, en una imagen de archivo (17-11
Jordi Hereu con Ada Colau y Xavier Trias, los tres últimos alcaldes de Barcelona | ACN

Lo ‘sorpasso’ de Trias

Los grupos aliados de Hereu quisieron destacar el talante dialogante del ejecutivo y su apuesta para escuchar y hacer partícipes los ciudadanos de las decisiones de gobierno. Pero la vez fue demasiado llevar. La oposición, liderada entonces por Xavier Trias (CiU) y Alberto Fernández (PP), salió en masa a pedir la dimisión de Hereu. El alcalde no cayó, pero allanó el camino hacia la futura victoria de Trias, que el 2011 se convirtió en el primer alcalde convergente de la ciudad. Doce años más tarde, Barcelona no ha vuelto a tener un alcalde socialista.

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