Barcelona hará muertos, supervivientes y heridos. El 28-M en la capital del país no solo determinará la composición del nuevo Ayuntamiento, sino que validará o censurará estrategias de los partidos que transcienden las fronteras municipales e impactan directamente sobre la política catalana y también española, a las puertas de un nuevo ciclo electoral. Los resultados de Barcelona previsiblemente conducirán a los partidos a una aritmética diabólica que tendrá un efecto dómino en los pactos que se materialicen en otras muchas ciudades y pueblos, con el añadido de que las victorias o derrotas de los candidatos de la capital del país impactarán también en la imagen de los líderes nacionales de sus siglas. Y naturalmente, Barcelona tiene un peso decisivo en una institución clave en el reparto del poder entre partidos, la Diputación de Barcelona. Sea como fuere, en Barcelona todos los partidos se la juegan.
ERC: la estrategia del proceso, a votación
ERC llega a las elecciones municipales en todo el país con la presidencia de la Generalitat en minoría, después de la crisis con Junts per Catalunya y de haber aprobado unos presupuestos con unos nuevos socios, el PSC y los Comuns. De entrada, Pere Aragonès saldría reforzado si ERC obtiene unos buenos resultados tanto en Barcelona como en las principales ciudades del país, pero quedaría debilitado si los republicanos pierden fuerza en el ámbito municipal. Todo ello con un Gobierno que solo cuenta con 33 diputados en el Parlament. Y en clave de cohesión interna de partido, en ERC no todo el mundo aceptó la decisión de Aragonès de aliarse con el PSC para sacar adelante las cuentas y asegurar como mínimo un año más la presidencia de la Generalitat. Unos resultados exitosos permitirían la lectura de la paz interna al partido. Y en cuanto a Barcelona, dentro de la Federación también hay tensiones internas. Un sector considera que ERC se ha equivocado en Barcelona haciendo una oposición muy moderada a Ada Colau, que buscó un pacto alternativo para descabalgar a Maragall de la alcaldía, de hecho, trasladando la estrategia de cooperación con el gobierno de Madrid del PSOE y Podemos. Otro sector, en cambio, espera recoger los frutos de esta vía del diálogo en la capital del país y, ahora sí, lograr la alcaldía.
Barcelona en Comú: la supervivencia del partido, en manos de Colau
La alcaldesa de Barcelona y candidata de Barcelona en Comú por tercera vez tendrá el 28-M la gran responsabilidad de mantener la institucionalidad de un partido que a estas alturas solo tiene Barcelona como plaza en todo el país. De su victoria dependerá la supervivencia del partido en Barcelona, pero también la relevancia que tengan los Comuns en Catalunya -con 8 diputados en el Parlament- después de las municipales y ante un nuevo ciclo electoral en Cataluña y en el Estado. Además, Colau ha apostado muy fuerte por Sumar, el nuevo partido de Yolanda Díaz, disidente de Podemos. Habrá que ver si esta división del partido estatal tiene algún efecto en el voto de Barcelona en Comú, teniendo en cuenta que la facción de Podemos en Barcelona es minoritaria. Además, Colau testará también si el pacto con la derecha de Manuel Valls para investirla y las disputas con el PSC la castigan o la refuerzan. Sobre su figura política, si no es escogida alcaldesa podría abrirse la puerta a un salto a Madrid en una hipotética lista al Congreso liderada por Díaz, y quien sabe si podría acabar en un ministerio.

PSC: Collboni, tercer intento, Illa busca consolidarse en Cataluña
El candidato del PSC, Jaume Collboni, aspira por tercera vez a la alcaldía. Y probablemente no habrá un cuarto intento. Con las encuestas de cara, el socialista tiene en sus manos la responsabilidad no solo de ganar -dejó el gobierno municipal para tener la libertad de enfrentarse a Colau – sino que su partido espera recuperar la plaza más importante del país después de la Generalitat. El líder del PSC, Salvador Illa, ganó las elecciones en el Parlament, pero no gobernó, y ahora espera recoger los frutos de cuatro años en la oposición. También el PSOE necesita una victoria en Barcelona para reforzar Cataluña de cara al próximo asalto español. Cataluña decanta mayorías en Madrid, y de aquí que Sánchez se haya lanzado a la campaña de Collboni con varios actos durante la campaña. Collboni tiene la misión de recuperar una alcaldía perdida en 2011 después de 32 años. Y para el mismo Collboni, ganar en Barcelona tiene también un mensaje para el PSOE, que rechazó entrar en el gobierno del Ayuntamiento de Madrid con Ahora Madrid. Collboni quiere demostrar a sus compañeros de Madrid que estar dentro del ejecutivo es más útil para llegar finalmente al poder que quedarse en la oposición.
Junts: pugna interna en el partido por la estrategia independentista
Prueba de fuego para Junts después de que en octubre del 2022 la militancia decidiera abandonar el Gobierno de coalición con ERC, y que recientemente la presidenta del partido, Laura Borràs, haya sido condenada por prevaricación y falsedad documental por la causa de la Institució de les Letres Catalanes. Las municipales pondrán a prueba la cohesión interna del partido -también en algunos municipios será un combate con el PDeCAT- y validarán o censurarán la apuesta de Junts de dejar ERC en minoría. Junts necesita ganar poder institucional perdido después de haber perdido la Generalitat, y en cuanto al secretario general del partido, Jordi Turull, se juega el liderazgo ante los ‘Borrassistas’, porque es él quien ha asumido todo el peso de las municipales. En este sentido, también será determinante si Junts mantiene la alcaldía de Girona, con la ex consejera Gemma Geis al frente.
¿Y qué pasa con Xavier Trias? Si gana la alcaldía de Barcelona, Junts no solo ganará una plaza clave, sino que el pragmatismo ganará protagonismo respecto al unilateralismo. Turull reforzado, Borràs debilitada. En el caso del presidente en el exilio, Carles Puigdemont, tendrá que hacer equilibrios para mantener la paz interna del partido, pero en cualquier caso, una alcaldía de Barcelona también refuerza la figura de Puigdemont, que gana institucionalidad.

PP: recuperar la fuerza perdida
Los populares de Barcelona llegan a las elecciones con una crisis interna, pero con un candidato avalado por Alberto Núñez Feijóo que le ha encargado convertir al PP en la llave de la gobernabilidad en Barcelona. Un PP en horas bajas también en el Parlamento, con unos resultados bajo mínimos históricos en todo el país, pero que necesita ganar peso en la capital para preparar el combate con el PSOE en las elecciones próximas españolas. Daniel Sirera, quince años fuera de la política, ha dejado claro que podría facilitar un pacto PSC-Trias.

CUP: recuperar la representación
La CUP desapareció del consistorio en 2019 después de haber tenido 3 regidores en el mandato del 2015. El principal reto del partido es recuperar la presencia en la capital de Cataluña y, por tanto, aspirar a mantener la fuerza de los 9 diputados en el Parlamento. Pocas encuestas dan a la CUP representación en Barcelona, de forma que si no lo consigue, corre el riesgo de caer en la irrelevancia en la capital. La CUP también tiene la mirada puesta en Girona, la Paeria y Tarragona, donde jugarán la carta de la oposición al Hard Rock. El otro objetivo es retener la alcaldía de Berga, donde los anticapitalistas cierran la campaña electoral.
Ciutadans: crisis en Barcelona e irrelevancia en Cataluña
Anna Grau será la candidata de un partido que en Barcelona ha vivido un mandato convulso, que ya empezó con el pie cambiado por su alianza con la Barcelona por el Cambio de Manuel Valls. Cs arrastra también la debilidad del partido en Cataluña, donde pasaron de 36 diputados a solo 6, y la crisis del partido en el ámbito estatal, en absoluta descomposición. El partido afronta en Barcelona también la competencia de los antiguos socios, ahora Valents, de VOX y del PP. De hecho, Grau es la última esperanza de Ciutadans en la ciudad para frenar la caída libre. En Cataluña, Cs intentará sobrevivir en Hospitalet, Santa Coloma de Gramenet y Sant Boi de Llobregat.
Valents: la resaca de Manuel Valls
Valents afronta con Eva Parera la prueba del algodón. Se ha intentado desmarcar de la operación Valls, que permitió investir a Ada Colau, pero las encuestas tampoco dan opciones al partido que ha intentado por activa y por pasiva un frente constitucionalista. Tendrá la competencia directa de VOX, que rivalizará por un voto muy similar al que ofrece el partido de nueva creación, que también presenta lista en muchos municipios de todo el país.
VOX: consolidar la fuerza del Parlament
El partido de extrema derecha dio la sorpresa en el Parlament con 11 diputados. Sin implantación en el territorio, y con la competencia de partidos que se dirigen a un público objetivo similar, VOX intentará el asalto a Barcelona después de que en 2019 se presentara y consiguiera solo 8.723 votos, el 1,16%. Algunas encuestas los dan entre 0 y 3 regidores en la capital del país, y también en otros municipios metropolitanos las encuestas detectan un incremento de la intención de voto a la extrema derecha.