Combatir a los conductores que circulan por el carril bus y obstruyen el paso de la flota de autobuses de TMB. Este es el objetivo del nuevo vehículo que ha presentado la empresa TMB y el Ayuntamiento de Barcelona, y que velará para que se cumpla la normativa a lo largo de los 221,8 kilómetros de carril bus que tiene la ciudad. El control servirá para incrementar la velocidad del bus, pero también, remarcan, incrementará la seguridad porque evitará maniobras complejas para esquivar a los vehículos estacionados en el carril bus. Naturalmente, el vehículo sancionará las infracciones estáticas (parada o estacionamiento) que se cometan a los carriles bus.
Sancionar las infracciones al carril bus
Según ha explicado TMB en un comunicado, a partir de hoy este vehículo -100% eléctrico- empieza a funcionar en fase de pruebas, será un sistema complementario a la acción de la Guardia Urbana de Barcelona, para disuadir y sancionar las malas prácticas que cometen los conductores de vehículos privados y de mercancías en los carriles reservados y que obstaculizan el paso de los autobuses.
¿Pero cómo funcionará? Si el coche de TMB detecta vehículos privados o de distribución de mercancías estacionados o parados al carril reservado para el bus, fotografiará las imágenes que confirman la infracción cometida y estas se enviarán al Instituto Municipal de Hacienda (IMH), que es quien gestionará la sanción correspondiente con el ciudadano. Las multas oscilarán entre los 60 y los 200 euros según el caso. El vehículo estará circulando dos meses en fase de pruebas hasta que en mayo iniciará la actividad sancionadora. Dispone de dos cámaras situadas en el exterior de la carrocería, una habilitada con el lector de matrículas y la otra que hace la lectura del contexto; y, por otro lado, una tableta táctil instalada en el interior del coche.
El consejero delegado de TMB, Xavier Flores, ha explicado que “la incorporación de este coche específico permitirá mejorar la eficiencia del servicio del transporte público en superficie, favoreciendo la movilidad gracias al aumento de la velocidad del bus y garantizando que se respeten los carriles por donde circula, además de mejorar la seguridad viaria y reducir accidentes”. La medida será un apoyo a la tarea de la Guardia Urbana.
En el caso de Barcelona, la Ordenanza de circulación de peatones y vehículos (1998) prevé como infracciones parar y estacionar en carriles bus, así como la circulación de vehículos no autorizados por estos carriles. La circulación por estas vías es considerada una infracción leve, con multas de hasta 100 euros. Por el contrario, quien opte por aparcar estará cometiendo una infracción grave, y se enfrentará a una multa que puede llegar a los 200 euros.
