El Ayuntamiento de Barcelona ha detectado hasta 91 tiendas de souvenirs del centro de la ciudad que no tienen licencia para poder vender estos productos. Según ha avanzado el diario
En este sentido, el consistorio barcelonés ya ha abierto expediente sancionador cerca de una veintena de estas tiendas, al comprobar que, a pesar del aviso municipal, continúan ejerciendo la actividad para la cual no tienen licencia en regla. Este proceso podría derivar en una clausura preventiva del establecimiento a la espera que se ajuste a la legalidad y a los parámetros que marca la normativa.
El repunte de este tipo de negocio encubierto en las calles del centro de la ciudad se detectó en 2022 después de la pandemia del coronavirus. Después del estudio exhaustivo de estos locales, el Ayuntamiento pudo comprobar que casi un centenar de establecimientos no tenían licencia para vender souvenirs y ha procedido recientemente a abrir expedientes sancionadores en el marco del plan de usos específico de Ciutat Vella, que prohíbe la implantación de nuevos comercios de este tipo en el distrito barcelonés.
La calle de Ferran, paradigma de este fenómeno
Uno del espacios que representan a la perfección este resurgimiento del comercio más turístico es el calle de Ferran. Esta céntrica vía contaba el mes de julio del 2021 con hasta 16 locales vacíos, una imagen muy diferente al actual. La calle de Ferran vuelve a ser una calle de peregrinaje turístico, y son pocos los locales que todavía permanecen cerrados. Han vuelto los establecimientos de comida rápida y las tiendas de souvenirs. Pero no así los establecimientos emblemáticos que habían escrito toda su vida en esta calle. Es el caso del local más antiguo de la calle de Ferran, la Farmàcia de l’Estrella, que todavía ahora continúa cerrada -abrió el 1840 y cerró el 2021- y sin nuevos inquilinos.