El número 86 de la calle Enric Granados, en pleno Eixample barcelonés, acogerá desde principios de abril el primer restaurante en Barcelona del grupo de restauración Big Mamma, especializado en cocina italiana. Gloria será el nombre del establecimiento, que tendrá capacidad para unas 230 personas. Se da la circunstancia de que en este mismo local el futbolista Leo Messi tuvo el restaurante Bellavista del Jardín del Norte, que terminó cerrando en 2018.
Con 27 restaurantes en cinco países, Big Mamma cuenta con una plantilla de 2.200 trabajadores. Después de abrir en Madrid Bel Mondo, Villa Capri y Circolo Popolare (el año pasado en la Torre Picasso, en un espacio de cerca de 800 m²), aterriza en Barcelona con Gloria, una osteria ambientada en «la opulencia» de los años 70. Al frente del establecimiento estará el chef ejecutivo Daniele Tasso.
Trabajan con 170 proveedores artesanales italianos
En una nota de prensa, el grupo dice que los barceloneses podrán degustar platos 100% italianos provenientes de más de 170 proveedores artesanales con los que trabajan. Citan entre los productos la trufa fresca de temporada del Piamonte, las burratas pugliesas de Salvatore Montrone y el Parmigiano Reggiano DOP de 22 meses de maduración de Paolo Gennari.
De Messi a Salvaje, dos proyectos que fracasaron
El local en el que se instala Big Mamma en la capital catalana tiene más de 1.000 m². El restaurante de Messi, abierto con los hermanos Iglesias como socios, funcionó durante dos años, entre 2016 y 2018, pero en medio de la crisis que vivía entonces la restauración barcelonesa terminó cerrando. Tres años más tarde, el establecimiento se convirtió en Salvaje, un restaurante japonés top que también terminó clausurándose hace ahora un año y se trasladó a los bajos del Hotel Meliá, en el paseo de Gràcia con la calle Casp.
Ahora, después de que Messi y Salvaje tuvieran que bajar la persiana en Enric Granados, Big Mamma intentará cambiar la tendencia de este local con cierta fama de mala suerte. Los fundadores del grupo de restauración francés Tigrane Seydoux y Victor Lugger aseguran estar «emocionados» de abrir su primer restaurante en Barcelona, que quiere ser «un tributo al glamour italiano de los años 70».
