Hay diferentes ideas que nos hacen entender qué supone el Consorci de la Zona Franca de Barcelona (CZFB) para la industria catalana. Es, entre otros, una entidad que contribuye a que en el mundo industrial y empresarial pasen cosas, diferentes empresas dispongan de herramientas y espacios para crecer y que nuevos talentos tengan primeras oportunidades. Al cruzar las puertas de DFactory, el nuevo proyecto del Consorcio para fomentar la industria 4.0, es imposible no pensar en todas estas ideas. La directora general del CZFB, Blanca Sorigué, recibe al TOT Barcelona para detallar cuál es la situación del CZFB en un momento clave como el de ahora, cuando trabaja con más de 170 empresas y da trabajo a más de 137.000 personas. 

¿Podría hacer un balance del tiempo que ha pasado como directora general del CZFB?

Muy positivo, y también intenso. Pero estoy muy contenta. Me quedo sorprendida con todo lo que hemos llegado a hacer durante estos cinco años. Ojalá pueda decir lo mismo durante muchos años más. 

Barcelona se está convirtiendo en un centro tecnológico de alto nivel y el ‘hub’ más importante del sur de Europa. ¿Es la marca Barcelona un clamor para la atracción de talento? ¿Y la inversión?

Sí, la marca Barcelona vende mucho, pero vende mucho porque tiene muchos ejemplos de éxito. Las cosas no pasan porque sí. Barcelona vende en función de lo que se ha hecho. Es muy importante que la marca se cuide con historias de éxito y se sepan potenciar. Desde el Consorcio la hemos utilizado en acontecimientos como Barcelona New Economic Week – BNEW o BWAW Barcelona Woman Acceleration Week.

¿El CZFB tiene como objetivo convertirse en uno de los lugares preferidos para trabajar de los barceloneses? ¿Y en el caso de los extranjeros?

Sí, es un espacio para los barceloneses y para cualquier emprendedor y emprendedora. Muchas veces la acción de emprender está relacionada con la creación de empresas emergentes (start-ups), pero no siempre es así. Nosotros, por ejemplo, desde una empresa pública centenaria como el CZFB estamos emprendiendo a partir de un emprendimiento interno. Y esto está pasando cada vez más porque a los puestos de trabajo la innovación se contagia. 

¿Y esto como se vive a DFactory?

Cuando estás en un espacio como este las ideas no salen solas, pero pueden surgir gracias a la colaboración de gente que tiene ganas de innovar. Es una manera de contagiarse positivamente. 

Hablamos de los proyectos. DFactory es el recinto de la industria 4.0. ¿Con esta iniciativa se posicionará Barcelona en el mapa de la industria del futuro?

Ya está posicionada. En los últimos tiempos hemos conseguido grandes hitos. De entrada, hacer realidad la visión que se tuvo ya hace cuatro años de impulsar las tecnologías que engloban la industria 4.0, como por ejemplo, la robótica. Estas tecnologías, además, determinan la capacidad de digitalización de una fábrica, y las puedes ver aquí, a DFactory, a través de empresas muy innovadoras, como HP, que las están aplicando. 

¿Qué ofrece DFactory a estas empresas?

Entre otras, acercar-les esta tecnología, lo cual hace que sea una gran atracción para centros de innovación y de industria 4.0 del mundo. 

¿Cómo ha recibido el ecosistema emprendedor del sector industrial este proyecto?

Muy bien. Hace solo ocho meses que estamos en plena actividad y todavía no hemos hecho la inauguración, y ya estamos al 75% de la ocupación. Hay 30 empresas trabajando aquí.

¿Hasta qué punto es importante la sostenibilidad del medio ambiente en el proyecto del CZFB?

Es estratégica, y materializamos esta importancia a partir de varias iniciativas. Ahora, por ejemplo, estamos trabajando para instalar placas fotovoltaicas en el techo de las naves industriales del polígono. La idea es que la instalación esté terminada en menos de un año. Esto sería muy importante.

Tradicionalmente, la Zona franca ha sido un espacio poco accesible en transporte público, pero ahora ya hay dos líneas de metro. ¿Se esperan más cambios para fomentar el transporte público para los trabajadores?

Uno de los tres ejes de trabajo es la integración urbana. Tenemos tres estaciones de metro y estamos a 10 minutos del centro de Barcelona. Tenemos el Aeropuerto del Prat y el Puerto de Barcelona aquí al lado. Es decir, la Zona franca está conectada por tierra, mar y aire. 

El delegado especial del Estado al CZFB, Pere Navarro dijo que «Nissan había sido una de las mayores crisis industriales de Catalunya». ¿Qué papel que jugó el Consorcio en esta crisis? Se habría podido hacer más?

El CZFB lo ha hecho todo y más. Justamente el delegado del Consorcio se ha dejado la piel. Hacer más habría sido imposible porque lo que se quería hacer era un gran pacto, y se ha hecho un basado en el hecho que haya una oferta industrial y una oferta logística. Esto ha pasado porque realmente todos los interlocutores han querido que esta reindustrialización pase de verdad, que los puestos de trabajo se recuperen y que realmente haya una dinamización de actividad económica como es debido. 

Después de todo el trabajo que ha supuesto esta reindustrialización, ¿cómo valora haberla conseguido?

Es un éxito, evidentemente, para Barcelona, para Catalunya, pero sobre todo para el Consorcio. 

El camino, pero, ¿no ha sido fácil?

El encaje de las diferentes partes ha costado mucho, muchísimo, muchísimo, muchísimo, muchísimo… Y se ha intentado romper muchas veces por diferentes intereses. 

Los trabajadores de Nissan han sido tres años esperando ser recolocados. ¿Cree que en otra situación así se harían las cosas diferentes? ¿Hay garantías que no vuelva a pasar?

Cuando las empresas hacen que su modelo de negocio funcione, principalmente, o esté principalmente condicionado por una subvención, su continuidad es muy difícil. Esto es el que justamente se ha evitado con el nuevo proyecto. No se sustenta con una subvención, sino que hay la garantía que hay puestos de trabajo, una producción y otras muchas cosas que hacen que el proyecto sea beneficioso. 

Usted es la primera directora general del Consorcio. ¿Cree que el CZFB avanza en términos de igualdad?

Cuando el 2018 me hicieron directora general, los titulares de los diarios decían que era la primera directora del Consorcio después de más de 100 años de historia. Me impresionó bastante. Desde el primer día creamos un Consejo de la Mujer al polígono industrial de la Zona Franca, para que las empresas hicieran de verdad planos de igualdad, cumplieran las cuotas y promocionaran la transferencia de salarios. Cada vez hay más empresas que se suman a este consejo. 

¿Y en el ámbito de los acontecimientos se ha hecho algo? 

Hace tres años hicimos el acontecimiento Barcelona Women Generation Week, que consistía en promocionar la igualdad de género. Es el primer acontecimiento de igualdad de género que se hizo en el Estado y en el mundo empresarial.

¿Qué porcentaje de mujeres y hombres trabajan en el Consorcio? ¿Han llegado a la paridad?

En cuanto a nuestra organización interna, hay más mujeres que hombres. Desde siempre. En el entorno, entre nuestros clientes y el polígono, es diferente. Un 70% son hombres y un 30% mujeres. 

¿Qué políticas estáis implementando en clave de igualdad de oportunidades?

Hay varias. Una de ellas es la divulgación de la igualdad de género en centros educativos, desde universidades hasta escuelas. 

¿Por qué es importante transmitir estos mensajes a las niñas?

Con nueve años, por ejemplo, no deciden, pero ya están diciendo que, por ejemplo, no serán ingenieras para ser enfermeras porque se lo han dicho en casa. Esto se tiene que romper, o que al menos que sepan que tienen las dos opciones. 

¿Y como se les hace entender esto?

Enseñándoles en directo lo que hacen las profesionales. Es entonces cuando algunas han acabado diciendo: “Yo también quiero ser programadora de robots”. 

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