La rebeldía de Zoo se despide de Barcelona

Han sido la gran revelación de los últimos años. Un grupo que canta en valenciano capaz de llenar el Palacio Sant Jordi y de reunir cerca de 10.000 personas en un concierto a Madrid. Después de diez años sobre los escenarios, Zoo se despide este sábado de Barcelona, con un concierto único esta noche a la Telecogresca. El festival, que tiene como grande –y casi único– atractivo la despedida de Zoo, colgó el cartel de entradas agotadas este pasado viernes. Los valencianos estallaron con Estiu, una canción que reclamaba «no caer en la autocompasión» justo en un momento de cambio político en València. Es más, Zoo salta a los escenarios en el mismo momento que la izquierda destrona la derecha, plácidamente instalada a las instituciones valencianas durante muchos años. Mira tú por dónde, se marchan ahora que el PP ha recuperado el trono gracias al apoyo de la extrema derecha. Con decenas de conciertos en Barcelona, pero también en pueblos pequeños de todo el país, el grupo valenciano cierra su periplo por una ciudad que les ha dado bastantes alegrías.

Se marcha un grupo histórico para la comunidad valenciana catalanohablante, los primeros valencianos en llenar las cerca de 20.000 sillas del Palacio SantJordi treinta años después del mítico concierto de Raimon en Barcelona. Así, los de Gandia hicieron historia el diciembre de 2022, en un concierto que prepararon durante meses y que recogió toda una trayectoria rebelde dedicada a la música y a la protesta. Los de Zoo dicen que cantar al Wizink Centro de Madrid les hacía «morbo» –prueba más que evidente de su rebeldía– y que en Barcelona han vivido la cúspide de su proyecto musical. Después de su concierto en el Sant Jordi, Zoo volvió como uno de los grupos más importantes que configuraban el cartel cultural de la pasada Mercè.

Música descaradamente ideológica

«Venimos del sur», acostumbra a recordar Toni S. Panxo, cantante y ánimo del grupo, en los conciertos. Los valencianos han crecido de forma exponencial en Cataluña estos últimos años, con ritmos electrónicos, de hip hop y una defensa a ultranza de la lengua. Es más, la combinación entre lengua y lucha hace que, en sus canciones, el anticapitalismo, la defensa de la tierra y de la cultura aparezca una detrás la otra. Un grupo descarado que se ha atrevido con un tótem español, el tenista Rafa Nadal, en la canción Tobogán –uno de los momentos más gritados en los conciertos, por cierto–, que ha elogiado las profesoras «rebeldes» que se enfrentaron al legado franquista, en canciones como la Maestra, y que ha puesto en marcha los Ventiladors para «esparcir la mierda», quien sabe qué mierda… Epíleg ha sido su último trabajo.

Después de años siente la referencia musical de la cultura valenciana, este grupo que heredó lo mejor de Obrint Pas o la Gossa Sorda y ha hecho su propio camino dice adiós porque siente que «sería difícil hacerlo mejor». Su amor por la música es lo que ha llevado a Panxo, líder de Zoo, a cerrar la paradita y, según ha dicho él mismo, poner en marcha un nuevo rumbo hacia el conservatorio para aprender más música. Después de su último concierto en Barcelona, Zoo todavía celebrará una decena de espectáculos más, visitando espacios míticos como el Viñarock y despidiéndose en Gandia, su casa, pora que familiares y amigos «puedan ir».