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El único músico del metro que lo canta todo en catalán: «Lo hago por rebeldía»
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Un abuelo que tanto le da todo, bastón en mano y un puro en la boca, se le para delante y lo mira fijamente. Ni se inmuta, pero se está un rato quieto en el vestíbulo de la estación de metro de Maria Cristina mientras Jordi Jardí versiona en catalán una canción de Elton John. Cuando tiene suficiente, sigue hacia los andenes de la L3 del metro, el destino de todas las personas que durante toda la mañana han visto, algunos incluso observado, el único miembro de la Asociación de Músicos del Metro que interpreta todo su repertorio en catalán. Es un jueves por la mañana y la gente va al lío. Los más generosos han soltado algo dinero para la alegría del músico, que les sonríe e interactúa con ellos, y hace un agradecimiento especial a una joven que se ha estado media hora grabando y escuchando y ha acabado dejando una propina.

Después de dos horas de música en directo, Jordi empieza a tocar Lluís Llach. «Si no la toco me deshago», explica a los pasajeros. Está a punto de acabar un concierto que ha dado para interpretar Llença’t, de Laxo’ Busto, y una retahíla de canciones de Sau, entre más de cien canciones diferentes que tiene en su libreta. La gran novedad, el público, que cambia cada minuto. Podría haber repetido alguna canción, pero no ha querido. Cuando acabe de interpretar Lluís Llach se pondrá serio para explicar un camino complicado, vocacional. Pero antes, todavía tendrá tiempo para pedir la participación de algún pasajero animado y de criticar a los borbones.

Jordi Jardí, músico. Hace 12 años que trabaja al Metro y canta todo el repertorio en catalán.
Jordi Jardí hace 12 años que trabaja al Metro y canta todo el repertorio en catalán | Jordi Play

Todo el repertorio, en catalán

El primer contacto de Jordi con los pasillos subterráneos de Barcelona llegó en abril de 2012. Decidió probar suerte después de una mala época laboral y se ha quedado. El catalán, eso sí, llegó más tarde. «Me uní al metro con muy poco repertorio, alguna de David Bowie, Pink Floyd, Beatles… Y yo en inglés, de puta madre, me paraban ingleses a decirme ‘Where are you from?’, por mi acento», detalla sobre sus inicios. Sorprende su energía, y sobre todo, que lo cante todo en catalán. «El 40% de la asociación son catalanes, pero no cantan en catalán. La mayoría de compañeros cantan en inglés, y algunos tienen un tanto por ciento, un 20 o un 30, que quizás sí que es en catalán», explica Jordi para contextualizar la realidad del metro.

Pocos meses más tarde de probar suerte al metro, el comentario de una mujer le supuso «un punto de inflexión». «Tenía un par de canciones mías en catalán que empezaba a atreverme a tocar en el metro. Y después empezaba a tocar lo Boig per tu, el Que tinguem sort, incorporaba por el medio alguna emblemática, combinaba con los Beatles, etcétera. Seguramente hacía entonces lo mismo que hacen ahora mis compañeros. Pero me paró una señora y me dice: ‘Ay! Gracias, por fin oigo a alguien cantar en catalán’. Acababa de entrar al metro y me extrañó. ‘Eres el único’, me insistía la señora. ‘¿Pues sabes qué haré? Incorporaré más temas en catalán a mi repertorio'». Así fue sumando canciones en catalán de forma progresiva. «Poco a poco, el porcentaje de inglés y el de catalán empezó a cambiar».

Jordi Jardí, músico. Hace 12 años que trabaja al Metro y canta todo el repertorio en catalán.
Jordi canta a los pasajeros del metro | Jordi Play

«He tenido problemas, pero también buenas recompensas»

Jordi explica cómo el Procés lo cambió todo porque «la gente estaba muy exaltada». «Me han insultado mucho por cantar en catalán. Me han llegado a pegar, a ofender, a amenazar, y a mí todo esto me toca los cojones. A mí que me dejen cantar en el idioma que quiera», espeta. Jordi reconoce que aquella época se volvió «más radical» y que pasó a defender el catalán «a capa y espada», a pesar de prever más problemas en el horizonte. Eso sí, cantar en catalán le ha generado problemas, pero también recompensas. «Recuerdo un día que una señora me paró, muy tranquila ella, para decirme que era de mala educación cantar en catalán», explica. «Se me paró un niño a bailar ante mí, y con él una familia entera», detalla.

Con el tiempo, Jordi se ha acostumbrado al metro. Repasando su trayectoria, aparecen agujeros negros como los que rememora con el TOT, pero también todo un seguido de buenas anécdotas, tantas o más que malos momentos. «Te explicaré una de muy buena: por una manifestación de la Diada, que bajaba mucha gente de pueblo, me encontré una marabunta de gente, que yo iba tocando y tocando, y todo el mundo iba cantando y cantando. Se las sabían todas. Mil personas cantando Bon dia, Boig per tu o Empordà, la que sea. No había repetido ninguna canción y se las sabían todas. Vino el jefe de estación, como un loco, ‘que me estás colapsando el vestíbulo’, me decía (río) ‘¡Baja el amplificador!’ Esto retronaba. Yo dejaba de tocar, paraba de cantar, y la gente seguía. Espectacular. Hice una caja…». Y por Sant Jordi, más de lo mismo. «Son los días estrella», explica en músico.

Sin estímulos para cantar en catalán en el metro

Jordi reconoce que muchos compañeros le preguntan, antes y ahora, por qué no cambia su estrategia. «¿Por qué lo tendría que hacer? La gente me da dinero igual», contesta, poco antes de recordar que ha conseguido publicar cuatro discos en catalán a lo largo de su trayectoria. El músico, que avisa que «no son buenos tiempos», cree que el más importante es «cantar bien y que a la gente le atraiga el que escucha». «No es el hecho que estés cantando lo Boig per tu o Viva la vida de Coldplay. Es cuestión de que a la gente le guste», detalla un Jordi que, por cierto, aprovecha la entrevista para recordar que los músicos del metro «no pedimos dinero, trabajemos y quien quiera nos recompensa». Y en este sentido, explica que muchos pasajeros simplemente lo hacen «porque animas mucho el metro».

A pesar de la defensa, muy natural, de Jordi, la realidad es que cuesta escuchar otros músicos cantando en catalán al metro. «Siempre ha habido una rivalidad entre gente de Cataluña y de fuera. No todo el mundo, pero hay gente que tiene fobia al catalán. Con solo que te encuentres una persona que está de o el que sea y tenga una rabia en el idioma, por lo que sea, quien recibe es quien canta en catalán», explica la presidenta de la AMUC, Beatríz Fernández, que reconoce el proyecto «muy personal» de Jordi. «Siempre le digo que tiene un proyecto que va más allá de la música y, por lo tanto, tendrá problemas más allá de la música. Pero es su proyecto y lo lleva hasta el final», explica la cantante.

Jordi Jardí, músico. Hace 12 años que trabaja al Metro y canta todo el repertorio en catalán.
El cancionero de Jordi, con letras catalanas y adaptaciones | Jordi Play

El metro recupera la música

Jordi es uno de los que participa activamente del AMUC. De hecho, es el secretario. La asociación de músicos, explican los dos, ha empezado ahora a recuperar parte del terreno perdido por la pandemia. En los últimos meses se han incorporado 45 personas nuevas, muchas de ellas vinculándose a la organización de la asociación y participando activamente de las asambleas. «Es una buena noticia», dice Beatríz, que reconoce que es momento para que los nuevos «prueben si los gusta este tipo de vida». «Si siempre estamos opinando los mismos, los cuatro que quedamos, la asociación no puede avanzar. Necesitamos ideas nuevas, y esto tiene que rodar, con gente nueva e ilusiones nuevas», apunta la presidenta. Por otro lado, Jordi reconoce que los nuevos han entrado «con mucha energía», un hecho que su compañera ve como «un motivo para la esperanza».

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