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Unas obras municipales borran el último vestigio del funicular al castillo de Montjuïc

Antes del teleférico, había otra forma de salvar el desnivel hasta el castillo de Montjuïc sin tener que afrontar la carretera sinuosa que desemboca allí. Durante más de medio siglo, el funicular llegó hasta los pies de la antigua construcción militar, trazando un recorrido recto de unos 424 metros desde la actual estación del Parque de Montjuïc hasta casi la cima de la montaña. El tramo superior de la infraestructura se inauguró el 23 de julio de 1929, cuando la Exposición Internacional de Barcelona estaba en marcha y como una ampliación del recorrido que ya entonces enlazaba las avenidas del Paral·lel y Miramar. La iniciativa impulsada por la familia Rogent fue todo un éxito. Y eso a pesar de las reticencias de los militares, que obligaron a erigir una marquesina en precario unos metros por debajo de la fortificación que fuera fácilmente desmontable y bajo la cual reposarían unos explosivos que permitieran dinamitarla en caso de amenaza.

Fotografía de la construcción de la antigua estación del funicular a los pies del castillo de Montjuïc / Archivo Fundación TMB (Cedida)
Fotografía de la construcción de la antigua estación del funicular a los pies del castillo de Montjuïc / Archivo Fundación TMB (Cedida)

Después de la exposición y hasta la Guerra Civil, el tramo superior del funicular lo utilizaron principalmente los habitantes del núcleo de barracas de Maricel y los clientes del parque de atracciones bautizado con el mismo nombre, que también era propiedad de la saga de los Rogent. La posguerra redujo el número de usuarios a los militares destinados al castillo y a los habitantes de las barracas de la montaña, que apenas podían pagar el billete y que aumentaron exponencialmente durante los años siguientes hasta alcanzar cifras cercanas a los 30.000 habitantes, contando los diferentes barrios autoconstruidos. La infravivienda y la falta de inversión de las autoridades aceleraron la degradación de la zona y con ella también la infraestructura, que sufría incidencias recurrentes. En los sesenta, ya bajo el mandato del alcalde Josep Maria de Porcioles, se reformó todo el recorrido y también se erigió una nueva estación superior, que se inauguró el 13 de octubre de 1965.

Fotografía de la inauguración de la remodelación en los sesenta del funicular de Montjuïc / Archivo Fundación TMB (Cedida)
Fotografía de la inauguración de la remodelación en los sesenta del funicular de Montjuïc / Archivo Fundación TMB (Cedida)

La apertura del parque de atracciones de Montjuïc supuso un balón de oxígeno importante para la infraestructura, que terminó integrada en la compañía precursora de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y bajo gestión municipal. No obstante, la puesta en marcha del teleférico en los setenta dejó herido de muerte al funicular. El nuevo transporte cubría prácticamente el mismo trayecto, lo que convertía al ferrocarril en un medio obsoleto y no rentable a ojos de las autoridades. Finalmente, se optó por rehabilitar el tramo desde el Paral·lel hasta Miramar, aún vigente actualmente, y se desmanteló el recorrido hasta la cima, que circuló por última vez el 12 de enero de 1981. La estación se desmanteló y también se retiraron los raíles por donde durante décadas habían circulado arriba y abajo los convoyes de siete de la mañana a medianoche con intervalos de hasta diez minutos.

Fotografía del tramo superior del funicular que antiguamente conectaba con los pies del castillo de Montjuïc / Archivo Fundación TMB (Cedida)
Fotografía del tramo superior del funicular que antiguamente conectaba con los pies del castillo de Montjuïc / Manuel Marina (Cedida)

Víctimas de la vegetación y las máquinas

Ubicar hoy en día la ubicación exacta de la antigua estación del castillo no es fácil. La marquesina se erigiría aproximadamente a la altura del número 282 del paseo del Mediodía, justo antes de su bifurcación con la calle del Castillo. Para orientarse, se toma de referencia un camino recto que se abre paso entre la vegetación hasta el intercambiador del funicular y el teleférico. Es el antiguo recorrido por donde se extendían los raíles de la infraestructura, que desde hace décadas se ha convertido en un sendero poco conocido para subir montaña arriba hasta la fortificación. Coronando este camino, había hasta hace cerca de un año una explanada verde con varios tramos de pavimento hidráulico y algunos escalones que habían pertenecido a la vieja estación. Ahora ya no queda nada. El espacio ha sido tomado por las máquinas que trabajan en las obras de ampliación de la red de agua freática, una actuación que debe permitir conectar unos nuevos depósitos que se están instalando en diferentes puntos de la montaña con el que se extiende bajo la plaza de la Bella Dorita del Poble-sec.

Los trabajos para conectar las redes de agua freática de la ciudad han borrado los últimos restos del funicular que llegaba hasta el Castillo de Montjuïc / A.R.
Los trabajos para conectar las redes de agua freática de la ciudad han borrado los últimos restos del funicular que llegaba hasta el Castillo de Montjuïc / A.R.

El TOT Barcelona visita la zona con Manuel Marina, guía titulado y comisario de la exposición El funicular de Montjuïc, que tuvo lugar entre abril y septiembre de 2022 en el mismo castillo y que repasaba la trayectoria de la infraestructura. Marina indica dónde deberían estar estos últimos vestigios del paso del funicular. Donde antes había tramos claramente visibles de la estructura de la estación y los andenes, ahora solo se ve tierra acumulada a ambos lados y unos grandes surcos por donde pasarán las tuberías que conectan directamente con el Paral·lel aprovechando el antiguo recorrido de la infraestructura. Los operarios que trabajan en estas obras han encontrado una cavidad donde podría estar aún enterrado el motor de rotación que hacía funcionar el transporte. Apiladas entre la tierra extraída, asoman piezas de escombros que podrían haber sido parte de esta estructura. Cruzando la calzada, encontramos intactas las escaleras que conectaban la estación con el castillo, utilizadas aún por muchos peatones para acceder a la fortificación desde esta parte de la montaña.

Los trabajos para conectar las redes de agua freática de la ciudad han borrado los últimos restos del funicular que llegaba hasta el Castillo de Montjuïc / A.R.
Los trabajos para conectar las redes de agua freática de la ciudad han borrado los últimos restos del funicular que llegaba hasta el Castillo de Montjuïc / A.R.

Debido a estos trabajos, el sendero que une la avenida Miramar con los pies del castillo es prácticamente intransitable. Los surcos abiertos en la tierra por donde se despliegan hasta tres tuberías de un diámetro considerable complican el ascenso. Eso sí, a ambos lados del camino, se conservan engullidos por la vegetación varios tramos de los muros de piedra que delimitaban el recorrido del funicular. Junto con la antigua estación histórica de Miramar, de la cual se conserva dentro del intercambiador actual una magnífica escalera mecánica de caoba y los andenes originales de 1929, son quizás los únicos vestigios supervivientes del tramo superior de la infraestructura, que este julio habría soplado 96 velas. Los muros son visibles para todos aquellos que se adentren entre los matorrales frondosos, pero la estación está cerrada al público.

Fotografía de la antigua estación de Miramar del funicular de Montjuïc inaugurada en 1929 / Archivo Fundación TMB (Cedida)
Fotografía de la antigua estación de Miramar del funicular de Montjuïc inaugurada en 1929 / Archivo Fundación TMB (Cedida)

Una recuperación olvidada

«Es una obra grande, pero, ahora que hay fondos europeos e inversión en transporte público, si exigimos una mejora en Rodalies o que se termine la línea 9 de una vez, también tenemos que poner en la lista de inversiones a realizar la posibilidad de mejorar la conexión del funicular y que los vecinos puedan subir hasta arriba del castillo». Estas palabras fueron pronunciadas en el año 2021 por el entonces concejal de Sants-Montjuïc, Marc Serra. En aquel momento, se puso sobre la mesa la posibilidad de recuperar el tramo superior de la infraestructura, una medida que ya contempla el plan director de Montjuïc y que en el año 2018 fue escogida entre las peticiones ciudadanas aceptadas durante el proceso participativo Montjuïc, un parque para Barcelona.

Entonces se pronunciaban así desde la Asociación de Vecinos de la Satalia, una de las zonas por donde pasa el actual recorrido: «La del funicular debería ser una de las inversiones en transporte público estratégicas y prioritarias dentro del plan de movilidad de la montaña. TMB debería considerarlo como medio de transporte ciudadano y no solo turístico. Actualmente, es utilizado por las familias de las escuelas, por trabajadores de la montaña, por vecinos del Poble Sec, que ven muy alterada su vida cotidiana con las revisiones en invierno […] Sería un acceso ideal a la cota superior».

Fotografía del tramo superior del funicular que antiguamente conectaba con los pies del castillo de Montjuïc / Archivo Fundación TMB (Cedida)
Fotografía del tramo superior del funicular que antiguamente conectaba con los pies del castillo de Montjuïc / Manuel Marina (Cedida)

El proyecto, sin embargo, parece haber acabado guardado en un cajón. De hecho, no se hace ninguna mención ni en el plan ambicioso para convertir Montjuïc en una nueva centralidad metropolitana de cara al 2035 que presentó el alcalde Jaume Collboni el pasado mes de febrero, donde sí figuran la remodelación del Anillo Olímpico y del Morrot o la ampliación de la L2 del metro. Tampoco aparece la propuesta entre las medidas previstas para la transformación de la Feria de Barcelona con motivo del centenario de la Exposición Internacional de 1929.

«La recuperación del tramo superior está paradísima, olvidadísima«, confirma Sergi Gázquez, presidente de la Asociación de Vecinos del Poble-sec. Desde la entidad argumentan que restablecer esta infraestructura supondría un gasto elevado innecesario, sobre todo si tenemos en cuenta que ya hay un transporte que cubre el mismo recorrido. «No tiene mucho sentido cuando ya tienes el teleférico, que está únicamente dedicado a turistas, pero que debería integrarse a la T-Mobilitat. Los barceloneses debemos poder subir al castillo sin tener que pagar más«, apunta Gázquez, que sí vería viable aprovechar un espacio del recorrido del funicular actualmente reservado para servicios para hacer una parada intermedia a la altura del paseo de la Exposición.

El teleférico de Montjuïc / Jordi Play
El teleférico de Montjuïc en una imagen de archivo / Jordi Play

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