En pocos días, el Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado que restaurará dos importantes monumentos de la ciudad. El pasado sábado, el TOT Barcelona informaba que en la estatua de Cristóbal Colón, al final de la Rambla, se llevará a cabo una rehabilitación integral. Ahora, el consistorio acaba de sacar a licitación la redacción del proyecto para restaurar el Arco de Triunfo, con un contrato por valor de 96.800 euros (IVA incluido).
Situado entre el paseo de Lluís Companys, el paseo de Sant Joan y la ronda de Sant Pere, el Arco de Triunfo se construyó para la Exposición Universal de 1888. Un siglo y medio después, su estado de conservación es «preocupante», especialmente todos sus conjuntos y elementos escultóricos ejecutados con piedra artificial. «Todos estos elementos están construidos con materiales de baja calidad (procedentes de Francia y Hungría), y la exposición constante a los elementos naturales y las condiciones atmosféricas adversas han contribuido a lo largo de los años al debilitamiento de esta materia, provocando un evidente deterioro en la piedra artificial, agravado sobre todo por la corrosión y explosión de su estructura interior de hierro. Estas patologías comprometen gravemente la integridad del monumento», dice el Ayuntamiento en la documentación de la licitación.

De los efectos de la climatología a pequeños actos vandálicos
Catalogado como un bien cultural de interés local, el Arco de Triunfo fue proyectado por Josep Vilaseca como la puerta de entrada de la Exposición Universal en lugar de la Torre Comtal que había diseñado Pere Falqués. La decoración es del mismo Vilaseca y de escultores de la talla de Josep Llimona, Josep Reynés, Torquat Tasso, Antoni Vilanova, Manuel Fuxà y Pere Carbonell, y el ceramista Magí Fita. Según el consistorio, se trata de una obra de gran calidad constructiva, «pero que no se escapa del envejecimiento propio debido a las inclemencias de los factores ambientales, climatología, contaminación, deposiciones y nidos de aves, y lamentablemente, de pequeños actos vandálicos».
Aunque el departamento de Patrimonio municipal ha solicitado varias veces financiación para llevar a cabo una revisión integral del monumento, esta no se ha realizado, y a lo largo de los años en el Arco de Triunfo solo se han podido ejecutar «pequeñas intervenciones puntuales de restauración, que no han sido suficientes para evitar el estado actual de degradación». Algunas partes del monumento fueron envueltas con mallas protectoras por razones de seguridad. Las mallas se retiraron hace un año, un momento en el cual se aprovechó para «hacer una revisión de los diferentes elementos susceptibles de estar poco adheridos y en peligro de desprendimiento», que vio la necesidad de intervenir urgentemente en el monumento. El pasado enero se montó un andamio para iniciar los trabajos de consolidación. El andamio ha permitido detectar otras patologías preocupantes que han hecho necesario instalar de nuevo mallas para evitar desprendimientos de materiales. La conclusión es que es necesario realizar «un proyecto de restauración global del Arco de Triunfo que defina la intervención integral más adecuada para garantizar su conservación y mantenimiento y resolver el preocupante estado de degradación actual».

Definir el calendario y los costos de la obra
La redacción del proyecto, que ahora ha salido a licitación, deberá incluir la descripción y diagnóstico del estado actual de conservación del monumento, estado estructural y definición de patologías. Al mismo tiempo, deberá definir los criterios de actuación y propuesta de restauración e incluir la duración prevista de las obras y los costos de las actuaciones, detalla el pliego técnico.
Según el Ayuntamiento, el monumento, de ladrillo rojo y de estilo neomudéjar, responde al gusto por la ornamentación y el eclecticismo tan característico del modernismo catalán, en auge a finales del siglo XIX. El Arco de Triunfo no solo era la puerta de entrada a la Exposición Universal, sino que simbólicamente era la entrada de Barcelona a la época moderna. Se construyó en un momento en que en Europa se levantaban obras de tendencia historicista, es decir inspiradas en épocas anteriores. De hecho, urbanísticamente, se situó en un punto fronterizo entre Ciutat Vella y l‘Eixample, entonces pasado y futuro de la ciudad. Y siguiendo esta tendencia historicista, Vilaseca proyectó «un monumento de 30 metros de altura y de proporciones clásicas, pero de decoración muy vistosa y llena de simbolismo», con frisos decorativos, en cada una de las caras, que representan un tema relacionado con la ciudad. En la curva del Arco de Triunfo, además, se distingue el escudo de Barcelona flanqueado por los escudos de las 48 provincias españolas, 24 en cada cara del monumento.

El Arco de Triunfo y el monumento a Colón, situaciones similares
El proyecto de restauración del Arco de Triunfo presenta muchas similitudes con el que se ha planteado para el monumento a Colón. Ambas obras son de la misma época -la construcción se inició en 1881 y se inauguró también para la Exposición Universal de 1888-, y el mal estado de la estatua de Colón se debe a factores similares. Concretamente, el Ayuntamiento cita en el caso del monumento a Colón «la baja calidad de los materiales de los diferentes elementos, el punto de ubicación, la climatología y los agentes atmosféricos», lo que hace que «el envejecimiento propio del monumento sea más acelerado que otros ubicados en zonas más protegidas y con materiales de mejor calidad». El costo de la redacción del proyecto también es de 98.600 euros.