Hay comercios que guardan recuerdos de su pasado que los hacen únicos. Hace unas semanas, el TOT Barcelona explicaba que el interior de la tienda Stradivarius del paseo de Gracia esconde una antigua cámara acorazada, con pequeñas cajas de alquiler, de cuando el edificio fue un banco. No es la única tienda con un secreto. En el número 38 de la Rambla, un Ale-hop tiene en el fondo del establecimiento un techo modernista, con tres vitrales y otros elementos decorativos.

Hace más de 20 años, en el número 38 del paseo más emblemático de Barcelona había una oficina bancaria del BBVA. La caída de un falso techo dejó al descubierto el techo modernista. Entre los años 2001 y 2006, el espacio se restauró. «Lo hizo el mismo banco», recuerda el presidente de Amics de la Rambla, Fermín Villar. Y ahora se exhibe entre libretas, gafas de sol y otros artículos de regalo del Ale-hop, un comercio que da la bienvenida a la clientela con una vaca en la entrada.

El café del Hotel Cuatro Naciones
La habitación recuperada es enorme. Hay tres grandes vitrales de colores rodeados de motivos florales y alguna pintura. La decoración es de principios del siglo XX y pertenece al antiguo Gran Café Nacional, probablemente a un salón, que estaba en los bajos del Hotel Cuatro Naciones, que todavía sobrevive más modestamente. En aquella época, era uno de los establecimientos más lujosos de Barcelona y entre los años 1906 y 1907 se hizo una gran reforma del café, que dirigió Jeroni Granell. El local se inauguró en 1907, con motivo del banquete de boda de la soprano María Barrientos y el argentino Jorge Keen, explica la web Pobles de Catalunya, una guía del patrimonio histórico y artístico de los municipios catalanes.

La historia del Hotel Cuatro Naciones, que se encuentra en el número 40 de la Rambla, se remonta a principios del siglo XVIII, «cuando la Rambla era un camino junto a un riachuelo flanqueado por conventos, por un lado, y por el otro, por las antiguas murallas de la ciudad», explica la web del hotel, que hasta mediados del mismo siglo «fue el punto de partida favorito de los carruajes que viajaban a Madrid, Zaragoza o Valencia».

Se quemó la cama de Chopin, enfermo de tuberculosis
El edificio actual es de 1849. La reforma la hizo el arquitecto Francesc Daniel Molina, autor también de la plaza Reial. A lo largo de su historia, en el Hotel Cuatro Naciones se han alojado personajes tan famosos como Stendhal, Ulysses S. Grant (18º presidente de los Estados Unidos), Buffalo Bill, Albert Einstein y Chopin, entre otros. En 1839, el músico, enfermo de tuberculosis, durmió en el hotel. Y, a su marcha, el gerente decidió quemar la cama para desinfectar la habitación. Según explica la web del establecimiento, «aparentemente», el gasto se cargó a la factura de Chopin.





