Durante las primeras semanas de las orbes de la Rambla, se pensaba que las míticas baldosas onduladas desaparecerían. Esto suponía perder una parte de la historia de Barcelona que todos los barceloneses hemos pisado y vivido un incontable número a veces. Hace pocas semanas, pero,
Para entender mejor por qué parte de la ciudad lamentó, durante unas semanas, la posible desaparición de estas baldosas que acompañan Barcelona desde el 1968, es útil conocer de dónde vienen y qué es su significado. El historiador especializado en cerámica y pavimento, Vicente de la Fuente, lo explica con mucha claridad al
El objetivo de salvar la Rambla de la decadencia
Tal como recuerda de la Fuente, el contexto en el cual las baldosas onduladas, obra del arquitecto Adolf Flurensa, llegaron a la ciudad con una reforma del 1968 que pretendía «envejecer la Rambla», que en los años sesenta vivía «una crisis de decadencia». «La burguesía ya no iba tanto como antes y los negocios de lujo cerraban e iban hacia arriba», recuerda y añade que la reforma no consiguió su objetivo. «La decadencia se mantuvo, poco a poco, hasta llegar al que es hoy la Rambla. Esta era visible en varios aspectos, no solo se podía enmendar con el pavimento», apunta.

En cuanto a Flurensa, de la Fuente destaca que fue «importantísimo» para la ciudad. No solo para ser el padre de estas piezas emblemáticas, también porque durante muchos años fue el encargado de patrimonio del Ayuntamiento y parte de su legado pervive en la ciudad. «La imagen que tiene ahora parte de Barcelona, es en parte gracias a él», dice. En este sentido, añade que reformó los palacios de la calle de Moncada y la plaza de la Catedral, derrocando las calles que había a su alrededor, en el barrio Gòtic. También construyó el Hotel Colom, situado en la misma plaza de la Catedral; y algunos de los edificios de la via Laietana «estilo Chicago».
De la Fuente voz con buenos ojos la reforma de la Rambla, pero destaca que no es el único que se tiene que hacer. «Hay edificios singulares que están abandonados, como la antigua Foneria de Canons, que se encuentra ante la estatua de Colón, y otros edificios históricos que estàn en manos de la administración», insiste.
La primera fase de la reforma arrancó el pasado mas de octubre. El tramo por el cual se empezó es, concretamente, el más próximo al mar. La idea de esta primera fase es alargar el paseo y abrirlo en el mar creando una nueva plaza. También se quiere transformar la avenida de Drassanes para convertirla en una zona de estancia y replantar el arbolado, entre otros.
Se prevé que esta primera fase dure un año y medio y que la reforma completa se alargue en principio, hasta el 2030, lo cual ha provocado quejas de la asociación Amics de la Rambla, que quiere que el ritmo de las obras se aceleren. Los trabajos cuentan con un total de cinco fases y el gasto total que supondrán para el Ayuntamiento es de 44,5 millones de euros.