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Esta es la nueva vida de la centenaria droguería Gomara del Raval

La droguería Gomara fue un comercio con 130 años de historia -entre todas las actividades que ha tenido- del barrio del Raval. Cerró a finales de abril de 2022, y ahora, casi dos años después, ha reabierto como tienda de regalos, con artículos de cerámica y artesanía, como otras muchas de las que hay en Ciutat Vella. La droguería Gomara forma parte del Catálogo del Patrimonio Arquitectónico-Artístico y Paisajístico de los Establecimientos Emblemáticos de Barcelona, elaborado por el Ayuntamiento en 2016, en la categoría E2, establecimientos de interés.

Una trabajadora explica que el establecimiento, que se encuentra en la calle de Xuclà, 25, funciona desde hace un mes. El hecho de que la tienda está catalogada ha obligado a los nuevos titulares, Artesanat, a tener que preservar los letreros originales exteriores, el escudo con el nombre de DROGUERÍA GOMARA, así como el mobiliario interior y los mostradores. Según el Ayuntamiento, la licencia se otorgó con la condición de conservar y restaurar todos los elementos protegidos, en recuerdo de la actividad centenaria, informó el TOT Barcelona en exclusiva en un artículo sobre el nuevo rumbo del establecimiento.

Interior de la antigua droguería Gomara, en la calle de Xuclà, del Raval JORDI SUBIRANA

Un camión ha roto uno de los letreros

El nuevo comercio mantiene todos los elementos de época, asegura la empleada, menos un mostrador que tenía la madera podrida y se ha tenido que retirar. En el interior, destaca un habitáculo que décadas atrás funcionaba como caja. Todo el mobiliario contrasta con los llamativos colores de algunos productos que se venden y un ciervo blanco que se ha colgado en una de las paredes. En el exterior, perduran también, además del antiguo nombre, referencias sobre la fachada de la actividad anterior, Químicos, Perfumería, Limpieza, Pincelería, Pinturas y Drogas. Precisamente, el letrero Drogas se ha roto recientemente por el golpe recibido por un vehículo voluminoso que pasó por la calle de Xuclà.

Exterior de la droguería Gomara, con uno de los letreros roto JORDI SUBIRANA

La nueva vida de la antigua droguería Gomara recuerda, en cierta manera, con lo que pasó con la camiseria Xancó de la Rambla, que cerró a finales del 2019, después de casi dos siglos en el paseo más internacional de la ciudad. Desde hace más de un año, la Xancó vende también productos de artesanía de la empresa Art Escudellers. En enero de 2023, la Asociación de Vecinas y Vecinos del Gòtic denunció que los comercios de souvenirs están limitados desde hace años, «pero escapan a las regulaciones encubriéndose con licencias de artesanía, ropa… Según la normativa, si se acogen a una licencia de este tipo, solo pueden tener un 20% de souvenirs, y no tienen que estar visibles desde el exterior», escribió en la red X.

La caja de la antigua droguería Gomara, perfectamente preservada JORDI SUBIRANA

Droguería desde 1936

La primera referencia del comercio como droguería Gomara es de1936, a pesar de que no se puede descartar que empezara antes. En la página web de establecimientos emblemáticos de la ciudad explican que se menciona la tienda en el listín telefónico de Cataluña de aquel año. El negocio no cambió de manos hasta el año 2008, cuando Elias Decoració se hizo cargo del comercio, ya hasta su cierre, el 30 de abril de 2022, manteniendo de esta forma la misma actividad durante 87 años. Eduard Elias, de Elias Decoració, dijo en su momento que cerraba porque no podía hacer frente al aumento del precio de alquiler.

La primera referencia oficial en la calle de Xuclà, 25 es de finales del siglo XIX, concretamente del año 1894, según el anuario del comercio. En aquella época, el local era una tienda de ultramarinos y el propietario era Francisco Morraja. En la citada web de la ruta de establecimientos emblemáticos detallan que «la tradición oral dice que abrió en 1883». En 1921, 10 años después de la muerte de Morraja, en el mismo anuario se hablaba de que el negocio se dedicaba a la venta de comestibles. Coincidiendo con la muerte del propietario, en 1911, el comercio se dividió en dos partes. La viuda se quedó la parte con la entrada en la calle de Elisabets, y Manuel Serra, la parte de la calle de Xuclà, 25.

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