El histórico cine y teatro Club Capitol ha cambiado de manos. Una inmobiliaria de Madrid, Torcalena, Servicios y Gestionas SL, compró todo el edificio de la Rambla 138 el pasado 14 de junio, según los datos que figuran al Registro de la Propiedad. El Club Capitol está cerrado desde mediados de 2020. Conocido como
Torcalena es copropietaria de todo el edificio, con una superficie construida de más de 6.200 metros cuadrados. Además del antiguo Club Capitol, el inmueble incluye el hostal Capitol Ramblas, el hotel Continental, un local comercial que hace años fue ocupado por Springfield, una planta subterránea y viviendas. Según publicó Idealista hace dos años, el Club Capitol había sido adquirido entonces por KKH Property Investors con la idea de abrir al local una
Proyectos urbanísticos e inmobiliarios
La nueva propiedad del club Capitol se dedica a la promoción y desarrollo de proyectos urbanísticos o inmobiliarios, a la administración o explotación de fincas rústicas y urbanas y a la construcción o rehabilitación de inmuebles. Por ejemplo, Torcalena es propietaria de el edificio de la antigua sede de Telefónica del paseo de la Independencia de Zaragoza, donde está previsto que abre un Primark el 2024.
Este noviembre, fuentes del sector inmobiliario explicaban que el precio del alquiler del Club Capitol puede rondar los 70.000 o 75.000 euros en el mes. En su momento, un operador cultural se interesó por el teatro, pero la oferta era por debajo de este precio. El TODO Barcelona se ha dirigido a Torcalena para conocer qué proyecto tiene para el edificio, pero ha indicado que la personas responsable de esta área no está disponible actualmente. Tampoco han concretado nada de la operación desde la agencia Román, que gestiona la comunicación de la inmobiliaria Cushman & Wakefield, sobre en qué fase se encuentra el alquiler del espacio y si ya se sabe el negocio que abrirá al viejo cine.
Crónica de una muerte anunciada
Desde Amigos de la Rambla, una entidad que reúne a vecinos, amigos y comerciantes del paseo, su presidente Fermín Villar recuerda que ellos ya avisaron que el Club Capitol no estaba protegido como espacio cultural y considera que durante años ha habido una “inercia de abandono de la Rambla” que ahora parece que ha tocado fondo, puesto que el gobierno de Jaume Collboni ha dicho que quiere acelerar la reforma de la arteria y convertirla en un eje cultural. “Las intenciones que hay con el Club Capitol tienen que servir de vacuna por otros espacios de Ciutat Vella que se puedan encontrar en una situación parecida. Hay que ir haciendo un seguimiento y disponer de un inventario actualizado de las licencias del distrito, también de las culturales. El Club Capitol era la crónica de una muerte anunciada”.
Una consulta en el Ayuntamiento para abrir un local comercial
Fuentes municipales decían a mediados de noviembre que no constaba al distrito de Ciutat Vella ningún comunicado de actividad ni ningún informe previo de actividad. Sí que se hizo el diciembre de 2022 una consulta de viabilidad de obras por un local comercial, que ocuparía planta baja, sótano y principal, a Rambla 138 y Santa Anna 7-9, que se corresponde con el Club Capitol.
A pesar de que el Club Capitol ha funcionado el último siglo como cine y teatro, el Plan General Metropolitano (PGM) permite usos muy variados por la Rambla 138, como vivienda, diferentes tipos de equipaciones (cultural, religioso, sanitario, deportivo, recreativo), oficinas y comercio.
Para Alberto Mejías, uno de los impulsores de la plataforma Emblemáticos Barcelona, “la ciudad perderá un espacio cultural como el Club Capitol, con cerca de un siglo funcionando como cine y teatro. Estaría bien que el Ayuntamiento hiciera algo. Me preocupa el que está pasando en la Rambla. Es el coro de la ciudad y no se cuida. Cierran muchos locales. Se está perdiendo la memoria visual y sentimental de la ciudad. Si no cuidamos los lugares que tiene, Barcelona perderá su ADN y el interés que tiene. Me gustaría que se intentara hacer un último esfuerzo para recuperar el Club Capitol como espacio cultural, pero siempre será mejor que esté abierto que no cerrado”.
Cierre a través de las redes
La empresa que gestionaba el Club Capitol antes de su cierre era el Grupo Balañá. A finales de 2019, anunció que cerraría el entonces teatro porque la propiedad no los renovaba el alquiler. Y a mediados de junio de 2020, Balañá anunció que bajaba el telón definitivamente. Lo hizo a través de las redes ante la imposibilidad de hacerlo desde los escenarios a causa del coronavirus. Desde entonces, al teatro no se ha hecho cabe otra actividad. El mismo 2019, el teatro había tenido que cerrar durante unas semanas por una inundación en el hotel Continental.
Cuando se conoció que el Capitol cerraba, el mundo de la cultura hizo público un manifiesto en el cual reclamaba proteger el patrimonio cultural y los espacios escénicos de Barcelona. Lo firmaron 3.259 personas, entre espectadores y profesionales. La entidad Amigos de la Rambla también emitió un comunicado donde calificaba la noticia de la desaparición del teatro como la peor por la Rambla y la cultura de la ciudad. “Defendemos que la cultura ha sido, es y tiene que ser, todavía más en el futuro, el elemento vertebrador de la Rambla”.

Ahora mismo, el Ayuntamiento no tiene ningún proyecto por el Club Capitol, una circunstancia que descarta que el espacio sea alquilado o comprado por el consistorio a corto plazo. Fuentes municipales explican que el antiguo cine es propiedad de un privado y recuerdan que todo el edificio tiene un nivel de protección C (Bien con elementos de interés), lo cual implica que, si se hace cualquier intervención, se tendrá que mantener la volumetría original y los elementos comunes de interés, restaurar la fachada y el cromatismo que haya que adoptar para las superficies y los elementos de las fachadas se tendrá que remitir en el Plan del Color de Barcelona o en el estudio cromático pertinente. Además, como elemento de regulación lumínica de las aperturas de las plantas, si se tercia, se adoptará una solución unitaria, de color armónico, con el cromatismo de la fachada, con persianas de libritos, colocadas en el interior del agujero arquitectónico y atrasadas respecto del plan de fachada. También se tendrán que mantener los elementos ornamentales interiores originales.
Cuando abrió como cine, el Capitol era una de las salas más grandes de la ciudad -unas 1.700 butacas- y rápidamente se hizo muy popular por su céntrica ubicación. A su primera sesión se programaron
El nombre en castellano
Según explica Jesús Fraiz a
Balañá gestionó el Capitol desde 1962 hasta el 2020. El 1989, la empresa anunció cambios al Capitol que se hicieron efectivos el 1990. Pasó a denominarse Club Capitol y el espacio renació con dos salas, una dedicada al teatro y otra en el cine. La primera obra que se programó fue
El Club Capitol se convirtió definitivamente en teatro el 1997. Durante veintitrés años se representaron cerca de 14.000 funciones de un total de 379 espectáculos, sumando más de 2.700.000 espectadores. Uno de los mayores éxitos del teatro fue los monólogos de Rubianes. Después de su muerte, ocurrida el 2009, la sala 1 se bautizó con el nombre del popular actor y humorista.