Los peatones que hayan paseado por la Rambla durante el último mes habrán comprobado cómo una especie de estructuras de hierro corroídas y oxidadas se amontonaban al borde de las vallas que delimitan las obras. Se trata de los raíles del antiguo tranvía que durante décadas circuló por esta arteria barcelonesa. Las vías aparecieron a principios del mes de septiembre durante los trabajos de reforma del paseo, que actualmente se están centrando en el lado Besòs y que van desde la plaza de Cataluña prácticamente hasta el mercado de la Boquería.
Las obras han hecho aflorar en todo este tramo los raíles, que hasta ahora habían resistido las diferentes actuaciones que había sufrido la Rambla a lo largo de los años enterrados entre el asfalto y la acera, al mismo nivel que el antiguo empedrado del paseo. El hallazgo de estos vestigios del pasado de esta arteria de la capital catalana despertó la curiosidad de muchos peatones y también de diversos colectivos de entusiastas del transporte público, que no tardaron en solicitar que se optara por su conservación, aunque fuera de manera parcial, tal como ya se hizo en algunos puntos de la Superilla del Eixample como la calle de Girona, donde también aparecieron estas vías con el proyecto de implementación de los cuatro ejes verdes.
La respuesta municipal a estas peticiones no se hizo esperar. A mediados de septiembre, el consistorio barcelonés confirmaba que no había intención de recuperar o integrar en el trazado de la nueva Rambla estos raíles, cerrando la puerta que había abierto solo unos meses antes cuando aseguró que se estudiaría esta posibilidad. Según adelantaba entonces Betevé, el ejecutivo encabezado por Jaume Collboni remarcaba que estos hallazgos no estaban catalogados como «bien de interés de ningún tipo», de manera que no había un interés público y patrimonial que justificara su preservación. Cabe recordar, sin embargo, que el tranvía circuló durante buena parte del siglo XX y hasta 1961 por la Rambla en una línea que conectaba la parte baja del paseo con la plaza de Tetuan.
Chatarreros, vecinos y entusiastas del transporte
Más de un mes después de esta postura municipal, las vías continúan amontonándose en varios puntos de la Rambla. Según ha podido comprobar el TOT Barcelona, los antiguos raíles permanecen apilados y aparentemente abandonados en los bordes de los surcos que los operarios han abierto en pleno paseo para avanzar en su remodelación, siempre bajo la supervisión de los equipos de arqueólogos, que documentan todos los hallazgos realizados, que van desde este trazado del tranvía hasta tramos de la muralla primigenia de la ciudad, entre otros. La presencia de estas grandes estructuras de hierro, que en muchos casos han sido desmenuzadas o dañadas por parte de los obreros para poder extraerlas, no ha pasado desapercibida durante estos más de un mes de ostracismo en plena vía pública.
Fuentes cercanas a los trabajos han apuntado a este medio que diversos chatarreros ya han pedido en varias ocasiones tanto a los operarios como a los arqueólogos si podían llevarse los raíles. También se han interesado por las vías algunos vecinos de la zona o entusiastas de los transportes, preguntando si podían llevarse un trozo para guardarlo en su casa como recuerdo. La respuesta a todas las peticiones ha sido negativa, ya que son la administración y la empresa que está llevando a cabo las obras las responsables de su retirada, una vez confirmado que no hay intención de preservar el trazado de ninguna manera. En cuanto al resto de vestigios localizados en este lado Besòs de la Rambla, la previsión es que, una vez inventariado y fotografiado, todo acabe otra vez tapado. No se descarta que cuando arranquen los trabajos del lado Llobregat, puedan aflorar nuevos tramos del trazado del tranvía, así como otras partes de la Barcelona antigua que quedaron sepultadas bajo el asfalto.
