El Ayuntamiento de Barcelona reformará y ampliará el edificio histórico de Can Felipa del barrio de Poblenou, donde ahora mismo hay un Centro Deportivo Municipal (CEM) y un centro cívico. El primer paso es la convocatoria de un concurso de proyectos que ahora mismo se está licitando por 103.514,64 euros. Una parte de Can Felipa ocupa la antigua fábrica Catex, con una protección patrimonial del nivel C. El presupuesto de la obra, que impulsa el Institut Barcelona Esports a través de la empresa Bimsa, será de unos 16,5 millones de euros.
Según detalla el pliego de los criterios de intervención del proyecto, con las obras se quiere ampliar el uso deportivo en todo el edificio, menos en la planta bajo cubierta, que mantendrá los usos cívicos y culturales, y hacer un nuevo acceso principal, teniendo en cuenta los dos usos futuros, con el deportivo como mayoritario. El proyecto prevé derrocar la piscina actual, situada en un edificio anexo, y construir dos nuevas, implantar los usos deportivos en las plantas baja, primera y segunda, y reordenar la distribución de todo el equipamiento y de los núcleos verticales de comunicación.
Actuar sobre 7.450 metros cuadrados
En total, se actuará sobre una superficie de 7.450 metros cuadrados, de los cuales algo más de 4.600 son de reforma y cerca de 2.850 son de obra nueva. Está previsto construir una nueva edificación junto al inmueble catalogado que albergará las piscinas. Una tendrá dimensiones regladas (25 x 33 metros) para poder disputar partidos de waterpolo, un deporte muy arraigado en el Poblenou con equipos profesionales, y la otra será más pequeña para niños.
Sales de actividades dirigidas, spinning y ‘fitness’
Fuentes municipales añaden que se construirá un graderío alrededor de la piscina grande con capacidad para 180 personas, y el proyecto de reforma incluirá en la segunda planta tres salas de actividades dirigidas, de 130 a 330 metros cuadrados, y un espacio de spinning de 140 metros cuadrados, mientras que la tercera planta se destinará exclusivamente al
Además, el Ayuntamiento establece que la propuesta tendrá que incluir un espacio verde, “con una entidad suficiente”, y la nueva construcción tendrá que “preservar la máxima visibilidad de la fachada del edificio catalogado”, tener en cuenta la composición arquitectónica y minimizar el impacto visual de las viviendas del entorno.
Los orígenes de Can Felipa se remontan al siglo XIX
El origen de Can Felipa se remonta a mediados de siglo XIX. Felipe Ferrando abrió a la confluencia de la actual calle de Marià Aguiló (antes calle Sant Pere) y del de Peralada (desaparecido al abrir la calle de Pallars), una pequeña fábrica de blanqueo de tejidos. Tenía unos 40 operarios, explica la página Bloggers de Sant Martí. El nombre de Can Felipa proviene de su primer propietario.
El 1877, la familia Villano compró Can Felipa y amplió la fábrica. Fue una de las industrias más importantes que se crearon en el Poblenou. Durante las primeras décadas del siglo XX trabajaban 700 personas. Continuó abierta y vinculada al ámbito textil hasta el cierre definitivo el 1978, al cual se llegó después de años de protestas, conflictos laborales y numerosos despidos. Los herederos querían construir pisos y otras edificaciones en todo el solar, pero la lucha vecinal permitió salvar por el barrio una parte de la antigua fábrica y que esta se dedicara a polideportivo y centro cívico.
La antigua fábrica, protegida
El edificio histórico de Can Felipa está protegido con el nivel C, que prohíbe aumentar el volumen y solo permite el mantenimiento de la fachada y de los acabados. El pliego técnico precisa que “la actuación prevista no se ajusta al planeamiento urbanístico vigente, siendo necesario tramitar, previo a la aprobación administrativa del proyecto, una figura urbanística en justificación a tal efecto, que modifique los suelos de los sistemas urbanísticos y establezca las nuevas condiciones de ordenación de la equipación y los parámetros de edificación”. El planeamiento vigente es una modificación del PGM aprobada definitivamente a finales de 2010, que tiene como principal objetivo preservar los valores patrimoniales del tejido histórico del Poblenou, las calles, callejones y pasajes, el parcelario, las arquitecturas tradicionales, el tejido social y la actividad.

