En la confluencia del paseo de Gràcia con la calle de Consell de Cent, decenas de turistas miran la Casa Lleó Morera, una joya modernista de Lluís Domènech i Montaner, construida entre los años 1902 y 1906. El edificio se encuentra a pocos metros de la Casa Amatller, de Josep Puig i Cadafalch, y la Casa Batlló, de Antoni Gaudí. Pero a diferencia de estos dos inmuebles, la Casa Lleó Morera no se puede visitar. «Está cerrada por reformas», dice el portero a preguntas de los visitantes. La realidad es otra muy diferente. Núñez i Navarro mantiene un conflicto abierto con el Ayuntamiento desde 2016 que impide que se pueda visitar. El origen de este litigio son las ocho escaleras entre la calle y el ascensor, que no garantizan la accesibilidad universal, y las diferentes propuestas de reforma de la empresa no han gustado al consistorio.
Este año, Núñez i Navarro presentó un plan de rehabilitación, pero el gobierno de Jaume Collboni lo ha rechazado porque presenta “deficiencias”, apuntan fuentes municipales, sin concretar cuáles, en respuesta a una petición de información a TOT Barcelona del 6 de junio. Tal como ha comprobado este medio, la comisión de gobierno del 23 de enero de 2025 [punto, 7] suspendió el trámite de aprobación inicial del «Plan especial integral para el desarrollo de los usos de la Casa Lleó Morera». El consistorio menciona en el texto de la comisión de gobierno un informe de la dirección de Servicios de Planeamiento y de la dirección de Servicios de Actuación por no haber aprobado el plan. Y advierte a Núñez i Navarro que dispone de un plazo de tres meses para realizar «las actividades necesarias para continuar la tramitación».
Tres meses después, el 29 de mayo, [punto, 17] la misma comisión aprobó mantener la suspensión del plan, avanzó Crónica Global. Y ahora la constructora dispone de tres meses para presentar las alegaciones que considere adecuadas. En caso de no hacerlo, se declarará la caducidad de las actuaciones y se procederá a su archivo. Desde Núñez i Navarro no se ha valorado esta situación.
Comprada al grupo Planeta en 2005
La constructora compró la Casa Lleó Morera en 2005 al grupo Planeta. Durante dos años, la constructora ejecutó una restauración del inmueble modernista que puso el foco «en la fachada, el patio trasero y las plantas interiores, tanto los espacios comunes como las oficinas». Según detalla la web de Núñez i Navarro, de las cinco plantas que conforman la finca, «la tercera, el ático y el entresuelo son las que se encontraban en peor estado de conservación» y son las que necesitaron un trabajo más intenso y cuidadoso. En 2007, la Casa Lleó Morera se destinó al alquiler de oficinas, pero el deseo de Josep Lluís Núñez, expresidente del Barça, era que el edificio abriera al público.
En tiempos de Xavier Trias en la alcaldía de Barcelona, en enero de 2014, la Casa Lleó Morera consiguió una licencia provisional para abrir al público. Pero dos años y medio después, en agosto de 2016, la autorización municipal fue revocada por el gobierno de Ada Colau. El motivo fueron las escaleras de acceso a la finca y ninguna de las soluciones propuestas gustó al área de Patrimonio de la Generalitat de Catalunya. En esos más de dos años que estuvo abierta, la casa fue visitada por unas 60,000 personas, y desde que se cerró solo ha reabierto puntualmente, por ejemplo durante el 48 Open House de 2023. En agosto de 2016, el Periódico explicó que el inmueble no disponía de la autorización del departamento de Bienestar Social de la Generalitat para que las personas con movilidad reducida entrasen en la finca. Entonces, el Ayuntamiento justificó la denegación de la licencia en el hecho de que no disponía del permiso del Gobierno catalán. Núñez i Navarro propuso instalar una plataforma elevadora, pero el consistorio se negó, ya que «los escalones con baldosas modernistas y el mosaico del vestíbulo forman parte de un bien cultural catalogado».
Situada en la Manzana de la Discordia, la Casa Lleó Morera «representa la elegancia de los detalles», según la web de Patrimonio de la Generalitat. En 1902, Domènech i Montaner recibió el encargo de Francesca Morera para reformar la finca que había heredado en el Eixample, que lleva el nombre de su hijo, Albert Lleó i Morera, quien se encargó de continuar las obras cuando su madre falleció. El arquitecto añadió un piso y un templete en la parte superior. «Esta torre, alineada con la terraza del piso principal, simula una simetría inexistente en el edificio», dice Patrimonio. De la fachada, destacan las figuras femeninas de Eusebi Arnau. Y en el interior, la canción de cuna La dida de l’infant rei, obra del mismo escultor, es un homenaje a los hijos de los propietarios que murieron poco después de nacer. Patrimonio añade que los dos grandes salones concentran buena parte del trabajo artesanal, con ocho paneles de mosaicos y relieves de porcelana que describen escenas campestres con personajes de la familia. Además, el edificio incluye una fachada posterior con espectaculares vitrales de gran valor ornamental. Junto con Arnau, otros artistas que participaron en la decoración de la Casa Lleó Morera fueron Lluís Bru, Mario Maragliano, Antoni Rigalt, Antoni Serra, Gaspar Homar, Josep Pey y Alfons Juyol.
Diversos propietarios
Hasta el año 1943, la casa perteneció a la familia Lleó Morera. Desde entonces, ha pasado por varios cambios de propiedad. En los años cuarenta del siglo pasado, la compró la aseguradora Sociedad Mercantil Bilbao. Cuatro décadas después, en 1983, pasó a manos de la Mutualidad General de Previsión Social de la Abogacía de Madrid. Y antes de que fuera adquirida por Núñez i Navarro, el inmueble fue propiedad del grupo Planeta. Desde los años cuarenta, en los bajos de la finca, hay una tienda de la firma Loewe. El proyecto de reforma supuso la pérdida de las ventanas modernistas y de las esculturas de Eusebi Arnau de la planta baja.
