El cannabis es la droga más consumida por los jóvenes catalanes, según datos de la Agencia de Salud Pública de Cataluña. Y Barcelona es un epicentro de consumo. Hay clubes cannábicos y también establecimientos que tienen licencia de floristería y en realidad son puntos de venta de productos cannábicos, con especial incidencia en el barrio Gótico. De hecho, este verano el Ayuntamiento cerró 30 clubes cannábicos donde se consumía y vendía droga, un hecho que no está permitido con la regulación actual. De hecho, las asociaciones cannábicas solo pueden llevar a cabo “la actividad de club social” y limitarse a “proporcionar información, elaborar o difundir estudios”, es decir, que dentro no se puede consumir cannabis. En Barcelona hay un total de 212 clubes registrados como locales de este tipo.
Cristóbal Colón y el cannabis
Pero ahora os hablamos de un monumento que exhibe hojas de cannabis. Se trata del monumento a Colón, construido hace más de un siglo al final de la Rambla. Colón apunta con su dedo hacia el Mediterráneo con un significado siempre controvertido. Mucha gente y turistas que visitan la estatua no se han fijado, pero hay diez hojas de cannabis decorando el fuste de la columna.

El monumento a Colón fue diseñado por el arquitecto Gaietà Buïgas con motivo de la Exposición Universal de 1888. Y el diseñador incluyó las hojas de cáñamo entre los símbolos que acompañan el homenaje al descubridor. Y no están ocultas, las hojas rodean la parte central de la columna sobre la cual descansa la estatua del navegante. ¿Era Colón aficionado a fumar marihuana? ¿O quizás el arquitecto Buïgas era fan del psicotrópico? La razón es sencilla: Colón introdujo esta planta en el nuevo continente. Y de hecho regresó con el tabaco, uniendo los dos ingredientes de los porros.
Planta esencial para la navegación
Pero es que el cáñamo era esencial para la navegación y sin su ayuda, Colón nunca hubiera llegado al Nuevo Mundo. La fibra de cáñamo puede ser tan resistente como una cuerda de ancla y tan suave como la seda. Después de la madera, el cáñamo era el material más utilizado en la industria de la construcción naval. Las velas y las cuerdas de sus tres naves estaban hechas de fibras de cáñamo. Los huecos entre las tablas del casco del navío se llenaban con fibras de cáñamo para hacerlo impermeable. Ninguna otra fibra natural puede resistir la fuerza del océano y el desgaste del agua salada. Incluso la bodega de la nave insignia, la Santa María, estaba llena de semillas de cáñamo.