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El debate de tirar petardos por Sant Joan: «Tengo que irme de Barcelona»

Gran Bombilla, Piules, Ninfas, Abejitas, Panda Acrobatic, Súper Tubo Rosa, Craklings, Rocket’s, Party Popper, Nitro, Águilas, Mini Piratas y Traca 20 Chinos, son algunos de los nombres de los petardos que se pueden encontrar en las tiendas especializadas en pirotécnica de Barcelona. Algunos de ellos son exactamente los mismos que hace 20 años y otros han vivido ligeros cambios como señal del paso del tiempo. Lo que no ha cambiado mucho es su embalaje. Sus colores, formas y estética recuerdan más al siglo XX que al XXI, como si para el mundo de la pirotecnia se hubiera paralizado el tiempo desde hace unos cuántos años.

La verdad, pero, es que el siglo XX está muy lejos de los tiempos actuales en cuanto a la opinión hay en la calle sobre los petardos. Un ejemplo son Blanca y Jorge, de 18 y 17 años, respectivamente. La Blanca asegura al TOT Barcelona que no tira petardos y Jorge que solo le gustan las fuentes o las bombetes. No quiere saber nada de los que hacen ruido. “De pequeño echaba, pero a partir de los 14 años me dejaron de hacer gracia”, dice. Una opinión diferente es la de en Pau. Reconoce al TOT que es una lástima que mascotas como gatos y perros lo pasen mal, pero que le gusta continuar con esta tradición. “Es una vez en el año…”, justifica, a pesar de que apunta que se tendría que intentar solo echar petardos el día de la verbena de Sant Joan y en lugares concretos, como la playa.

Más ventas que el 2022

Sean cuales sean las opiniones de los barceloneses, se decanten a favor o en contra de los petardos, la Asociación de Fabricantes y Mayoristas de Pirotecnia de Catalunya espera una buena facturación en el marco de la verbena de Sant Joan. Concretamente, espera aumentar las ventas respecto al 2022, cuando ya se llegó a niveles superiores a los de 2019. «Esperamos superar los datos del año pasado en un 10% y llegar a una facturación de 20 millones de euros», decía hace unos días el presidente de la Asociación de Fabricantes y Mayoristas de Pirotecnia de Catalunya, Josep Maria Vilardell, a la ACN.

El sector de la pirotécnica de Cataluña espera que las ventas de petardos aumenten este año /Jordi Play
El sector de la pirotécnica de Cataluña espera que las ventas de petardos aumenten este año /Jordi Play

Esta misma percepción se respira en una tienda de petardos del distrito del Eixample. Una de sus trabajadoras asegura que en estos momentos se están vendiendo más petardos que en el mismo periodo del año pasado. Esto quiere que decir que, a diferencia otros productos, han conseguido imponerse a la crisis inflacionaria. “Los precios de los petardos han subido y la gente se lo piensa más antes de comprar, pero las ventas no caen”, asegura. 

En otra tienda reconocen que en las últimas semanas han estado “muy aburridos” porque tienen pocos clientes. Pero esto no quiere decir que los espere una campaña mala, puesto que las avalanchas de clientes acostumbran a llegar en los momentos más próximos a la verbena de Sant Joan. Otro trabajador también dice que las ventas de petardos han aumentado en los últimos tres años, desde el estallido de la pandemia. Es decir, ni la crisis derivada por la pandemia, ni la crisis inflacionaria, ni el hecho que haya una mayor conciencia sobre sufrimiento que los petardos generan a las mascotas, han conseguido reducir su uso. “La diferencia es que ahora hay gente que gasta más en fuentes y no en petardos que hacen ruido”, admite. 

Subida de precios

La situación del sector pirotécnico es muy diferente desde la mirada de los trabajadores de una tienda de petardos del distrito de Ciutat Vella. Uno de ellos señala que las ventas son inferiores al año pasado, y esto no le extraña nada. “Es normal porque se han hinchado mucho los precios”, indica, poniendo varios ejemplos. Hace cinco años la traca de 50 metros costaba 53 euros y ahora 84 y los Chinos y las Bombillas 2 euros y ahora 5. “Algunos clientes me dijeron el año pasado que compraban menos por la subida de precios”, asegura. Añade que en este establecimiento sí que ha notado la concienciación hacia los animales. “Hay vecinos que se quejan por sus mascotas”, admite este trabajador. Y una de sus compañeras de trabajo recuerda el caso particular de una vecina. “Un día se plantó en la tienda y me dijo: ‘Mi perro se morirá’”, afirma. 

Venta de petardos por San Juan. verbena, negocio temporal, guingueta
Trabajadores del sector avisan que los precios de los petardos han subido / Jordi Play

Menos radical, pero en la misma línea, se mueve la opinión de Mònica. Esta barcelonesa subraya al TOT que podría aceptar que, con motivo de la verbena, hubiera fuegos artificiales durante unos minutos, pero nada más. “No tiene ningún sentido”. Detrás sus palabras hay una razón de peso: su perra. “Durante la verbena tengo que marcharme fuera de Barcelona, a un pueblo con amigas que también tienen mascotas. Paso de darle una pastilla”, dice frustrada de haber tenido que tomar esta decisión. ¿“Donde está la libertad de irme de la ciudad cuando yo quiera? Que sea cultura o tradición, no significa que sea bueno”, insiste. 

Comentaris

  1. Icona del comentari de: Ingrid a junio 24, 2023 | 00:00
    Ingrid junio 24, 2023 | 00:00
    Las mascotas sufren muchísimo, ataques de pánico, ataques al corazón, ataques epilépticos etc etc.... Pero imaginar los animales callejeros. Al día siguiente está lleno de animales muertos. Y los niños con autismo pasan un verdadero infierno chillando durante horas o las personas con demencia o Alzheimer. Es una vergüenza que la diversión de algunos sea la muerte y el sufrimiento de muchos. En el siglo que estamos hay muchas otras alternativas. Eso sin entrar que luego escuchas a la gente pidiendo ayudas para pagar los libros de sus hijos pero se gastan cientos de euros para prenderles fuego.... Ridículo.

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