Barcelona se llena de puestos de libros y rosas para celebrar una diada de Sant Jordi de récord. Desde primera hora de la mañana, los libreros y los floristas se apresuran para ultimar los detalles de sus puestos para la gran fiesta de la cultura en la ciudad. En toda Cataluña, se espera que durante el día de hoy se vendan más de siete millones de rosas y unos dos millones de libros, buena parte de los cuales se venderán en los casi 500 puestos que hay por toda la ciudad. El sector editorial prevé obtener alrededor del 20% de su facturación anual en una jornada que el año pasado permitió vender hasta 70,000 títulos diferentes.

Un año más, la superilla literaria del paseo de Gracia será el epicentro de una diada de Sant Jordi que este año tiene más puestos de libros y rosas que nunca. Según los datos del sector, este año hay más puestos en las zonas profesionales, con 348 de libros y 52 de rosas, a las que se suma un centenar más que se han instalado a las puertas de las librerías. En total, medio millar de puestos repartidos por toda la ciudad. Desde la Cámara del Libro aseguran que, en los últimos años, el número de puestos se ha duplicado. El Eixample, con el gran polo del paseo de Gracia, lidera la lista de distritos con más puestos con 203, seguido de Ciutat Vella (94), que cuenta con la Rambla como gran atractivo, y Gracia (24). El eje Gran de Gracia, paseo de Gracia y la Rambla suma un recorrido de tres kilómetros con 400 puestos de libros y rosas.

Centro cerrado al tráfico y afectaciones a la circulación
El centro de la ciudad está cerrado al tráfico desde este martes por la noche y las restricciones se prolongarán hasta la medianoche de hoy miércoles. La mayoría de los puestos de libros y rosas se ubican en la superilla formada por la avenida Diagonal, la Gran Vía de las Cortes Catalanas, la calle Balmes y la calle Pau Claris. La superilla, organizada por la Cámara del Libro de Cataluña, el Gremio de Libreros, el Gremio de Editores, el Gremio de Libreras y el Gremio de Floristas, se estrenó en 2022 con un aguacero que la deslució un poco, pero desde entonces ha sido todo un éxito y el Ayuntamiento ha repetido el modelo impulsado por el gobierno de Ada Colau.