Los vecinos del asentamiento de Vallcarca han solicitado formalmente una reunión con el alcalde Jaume Collboni y la concejala de Gràcia, Laia Bonet. En un comunicado, que recoge la ACN, recuerdan que llevan dos años esperando una solución y reclaman que no se ejecute un desalojo. Creen que un desahucio «desplazará la problemática» a otra zona y que «agravará aún más» los problemas. El mismo alcalde apuntaba la semana pasada que los técnicos municipales están analizando la situación, pero que el ejecutivo no prevé un desalojo «inminente».
El Ayuntamiento ha intentado inspeccionar el asentamiento, con técnicos municipales y agentes de la Guardia Urbana, pero se ha encontrado con la resistencia de los vecinos que allí viven. En total, hay una setentena de personas, que critican las intenciones municipales de seguir adelante a pesar de no haber podido pisar el terreno. Los afectados apuntan que el consistorio ha inspeccionado el asentamiento desde la distancia. Desde el Ayuntamiento alegan, en declaraciones cedidas a la ACN, que tienen la «obligación» de «conocer las condiciones y riesgos del espacio» y que “ante la imposibilidad de entrar, estas condiciones se están evaluando con las evidencias existentes”.
Los vecinos y las entidades que los apoyan han cargado últimamente contra estas inspecciones, cuyo objetivo sospechan que es «tener un pretexto técnico para poder ejecutar desahucios administrativos y no para ayudar a estas familias». La entidad vecinal Som barri y el Sindicato de Vivienda de Vallcarca se explicaron el 14 de febrero: «Queremos remarcar que no nos oponemos a que haya inspecciones destinadas a garantizar su seguridad. Nosotras mismas llevamos años encargándonos de mejorar la habitabilidad de estos espacios que, si bien oficialmente son tildados de ‘infrahabitatge’ por las autoridades municipales, son, ahora mismo, la única alternativa a dormir en la calle que tienen nuestras vecinas».
Debate en la comisión de seguridad
Los vecinos cuestionan que el Ayuntamiento quiera desalojar a la setentena de personas que viven allí sin tener clara una alternativa y critican los proyectos urbanísticos que podrían realizarse en la zona. Collboni ha negado que se esté preparando un desalojo inminente, pero insiste en que “no podemos ni conformarnos ni convivir con normalidad”. En la comisión de seguridad, el consistorio aprobó una proposición para desalojar «sin más dilaciones» el asentamiento con los votos favorables de PP y Vox y la abstención del gobierno, que a pesar de tildar de «populista» la proposición del PP permitió su aprobación. En todo caso, los vecinos se mantienen firmes y advierten que «la resistencia continuará».
