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Un cuarto de los pisos protegidos saldrán al mercado entre este mandato y el siguiente

Diferentes colectivos vecinales y activistas han avisado que el problema del mercado residencial puede crecer en los próximos años con la descalificación de un buen número de pisos que pasarán al mercado libre. Según los datos recogidos en el estudio SOS vivienda. Análisis de la situación de la vivienda en Barcelona desde el movimiento vecinal, elaborado por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB) con datos públicos y peticiones de transparencia, el 25,3% de las viviendas protegidas dejarán de estarlo entre este mandato y el siguiente. 

El año pasado salieron del mercado protegido el 2,8% de las viviendas y en los próximos dos años –lo que queda para las elecciones municipales de 2027– se desprotegerá un 4% más. El estudio alerta que la tendencia se incrementa en el próximo mandato: sólo en 2029, uno de cada diez pisos protegidos pierde la calificación, una cifra que aumenta a dos de cada diez (18,5%) si sumamos todo el próximo mandato. Si se amplía el radio de estudio a los próximos 40 años, casi la mitad de los pisos de protección (7.674 viviendas, el 48% del total actual) están amenazados.

promoción vivienda pública
Viviendas de protección oficial en la calle de Palamós (Trinitat Nova) | Jordi Play

“Esta reducción progresiva del parque de vivienda protegida representa una amenaza grave para la garantía de acceso a una vivienda asequible en la ciudad”, alertan los impulsores del estudio. Desde 1995 hasta 2016, el ritmo de calificación experimentó un crecimiento constante, con un aumento progresivo en el número de viviendas calificadas. Sin embargo, advierten, en 2016 se produjo una parada en esta tendencia y desde entonces “no se han registrado nuevas calificaciones de viviendas en régimen de venta, y el número total de calificaciones anuales ha disminuido de manera significativa y se ha situado por debajo de las 150 viviendas hasta el año 2023”.

El estudio prevé una “pérdida superior o cercana al 50% del parque público” en “varios distritos” y avisa que el impacto será “desigual entre territorios”. Entre los distritos más afectados por la pérdida de calificación de vivienda protegida (Sant Martí, Sant Andreu y Sants-Montjuïc), hay aquellos barrios que presentan una reducción significativa de vivienda pública, que ahora crece mediante grandes promociones en Poblenou, Trinitat Vella y la Marina del Prat Vermell, sobre todo. Las conclusiones apuntan que las zonas más céntricas no tienen vivienda protegida. Ni tampoco se proyecta. Tampoco se hace en barrios con rentas “más altas”, con el Poblenou como única excepción. 

En este sentido, los impulsores del estudio remarcan que el centro de Barcelona tiene precios de alquiler disparados y pocas alternativas al mercado libre. En este sentido, la portavoz de la Comisión de Urbanismo de la FAVB, Lisa Marrani, pedía durante la presentación del informe “impulsar instrumentos normativos” que garanticen la permanencia de la vivienda protegida, pero sobre todo actuar “de forma urgente” y de forma “más equilibrada entre los distritos”. 

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, en una atención a los medios del Pla Viure, destinado a la creación de vivienda / ACN

Problema social y político

Los datos suman argumentos a los analistas que ven la crisis de la vivienda como uno de los caballos de batalla política de lo que queda de mandato y de la próxima campaña electoral para las municipales. Este año, el ejecutivo de Jaume Collboni ha instaurado en sus discursos el mantra “derechos a los barceloneses y barcelonesas a quedarse en Barcelona”, un mensaje que, según los expertos consultados por este diario la semana pasada, pretende acercar al PSC al votante “moderado” que ve por primera vez en mucho tiempo la vivienda como un problema. 

Las cifras en detalle del último barómetro municipal confirman este problema. La crisis residencial es ya el primer problema en ocho de los diez distritos de Barcelona y las zonas que más inquietud expresan al respecto son Gràcia y Horta-Guinardó, distritos hasta ahora con una clase media consolidada. En estos distritos, el 44,7% y el 39,7% de los residentes ven el acceso a la vivienda como problema principal de la ciudad. En el caso de Gràcia son 20 puntos porcentuales más que a inicios de mandato y en el caso de Horta-Guinardó, 25 puntos más. En otros distritos similares, como Les Corts, la preocupación por la vivienda se ha duplicado en dos años, del 14,8% al 31,9%.

Estos dos distritos también son, paradójicamente, dos de los que más vivienda protegida perderán. Les Corts es el distrito con menos pisos de protección no permanente –es decir, que pueden pasar tarde o temprano al mercado libre– con el 57,29% de los pisos que constan en su bolsa. Gràcia tiene unos cuantos menos, pero la cifra es igualmente significativa: el 46,60%. Según el estudio de la FAVB, los otros distritos más perjudicados son Sant Martí (54% de pisos no permanentes), Sarrià-Sant Gervasi (53%), Sant Andreu (52%), Nou Barris (53%) y Eixample (48%).

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