La ciudad de Barcelona ha acogido esta semana la presentación del mercado navideño que se realiza estos días en Le Barcarès, una ciudad cercana a Perpiñán. Le Village de Noël de Le Barcarès regresa este año con una actuación renovada para dar continuidad a las buenas cifras logradas en los últimos años. El vínculo entre la ciudad y Barcelona se ha consolidado con iniciativas como esta y el 40% de los visitantes de la ciudad ya son catalanes.
La organización destaca el ambiente familiar del mercado, que se ha consolidado entre las familias que cruzan la frontera durante el puente de la Inmaculada. Pero también es una visita recurrente de parejas jóvenes que buscan la ambientación de la feria para sus fotografías. La feria también concentra parte de los visitantes de fin de semana que combinan la experiencia con estancias en Perpiñán y compras transfronterizas.
La edición de este año combina los elementos exitosos de otros años con novedades destacadas. Los visitantes ingresan en un entorno que se adentra en «el efecto copo de nieve», un universo «inmersivo donde cada decoración, luz y actividad están pensadas para despertar recuerdos de infancia, ternura y encanto». Así se ha explicado durante la presentación en Barcelona, que ha sido presidida por el director general de servicios del ayuntamiento, Michel Sitjà.
El mercado simula la entrada al reino de Papá Noel. Este año cambia la escenografía completa del recinto, que se adapta para mejorar la fluidez y la comodidad del visitante con «espacios ampliados y una ambientación que potencia la inmersión», han comentado los organizadores de Le Village. La joya de la corona del mercado también incorpora mejoras respecto a otros años: el Museo de Hielo estrena treinta esculturas nuevas y rediseña el espacio con «decorados monumentales y nuevos efectos lumínicos».
Aparcamiento y zonas pacificadas
El ayuntamiento de la localidad ha detallado que la apuesta por el mercado les ha impulsado a crear nuevas zonas de aparcamiento y rutas para peatones seguras para «optimizar la entrada y salida» de la feria navideña. La ciudad también refuerza la presencia policial para garantizar el buen funcionamiento de la atracción turística, que se combina con una oferta gastronómica típica de la región. En este sentido, desde Le Barcarès recuerdan que no faltarán panellets, churros, embutidos y vinos catalanes, «reforzando el vínculo cultural entre ambos territorios».
