La sede barcelonesa de la Agència de l’Habitatge de Catalunya ha sido el escenario este miércoles al mediodía de una protesta por la eternización de la mesa de emergencia. Convocadaos por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), un centenar de activistas y de afectados venidos de toda Cataluña han protagonizado una concentración a las puertas de la delegación central de este servicio catalán con el objetivo de denunciar que hay 870 familias que esperan un piso de las mesas de emergencias repartidas en hasta 11 localidades catalanas.
Según denuncian los concentrados y recoge la ACN, el mecanismo que tenía que garantizar un realojamiento para las familias vulnerables en riesgo de desahucio está colapsado y se está convirtiendo «en un reparto de migajas» que parece no tener lugar entre los grandes temas a debate durante la campaña de cara a las elecciones del 12-M. ‘Tenemos derecho a agua, luz y techo’, ‘No toleraremos, ni un desahucio más’, ‘No se entiende, gente sin casa y casas sin gente’, son algunas de las proclamas que han gritado los participantes.
«No es una situación nueva, hace siete años que lo denunciamos. Se tienen que acabar las excusas y pasar a los hechos, las soluciones son fáciles. No tienen que mirar hacia otro lado y tienen que decidir si quieren gobernar para las personas con problemas de vivienda o para los fondos buitre», ha explicado en declaraciones a los medios Juanjo Ramon, portavoz de la PAH, que ha denunciado que, de media, en Cataluña hay 20 desahucios al día.
Desahucios sin una alternativa a tiempo
La asociación ha denunciado que este mecanismo se ha visto «desbordado» por la emergencia de la vivienda, sobre todo en la ciudad de Barcelona, que concentra el 80% de la lista de espera. Según la PAH, la burocracia ha hecho que estas mesas sean «ineficaces» y no actúen a tiempo para evitar que las personas desahuciadas tengan alternativas de vivienda dignas. «Con la excusa de que no se puede tramitar hasta que viene la orden de desahucio, es demasiado tarde. Estamos hablando de un proceso de meses, cuando el desahucio llega la gente no tiene garantizado el desalojo y acaban en pensiones, campings, hostales y muchas veces son alojamientos super precarios con plagas, sin cocina…», ha lamentado el portavoz.