Hay vecinos, los de ‘toda la vida’, que nacieron en el barrio y morirán en su barrio. Pero también hay quien opta por coger las maletas y migrar hacia otra zona de Barcelona. Según datos municipales, el año pasado hubo alrededor de 100.000 movimientos de este tipo. Una cifra un 14,9% más baja que el 2021, año en que los cambios de domicilio, según explica el Ayuntamiento al informe
Según se recoge en el análisis del padrón municipal, la disponibilidad de oferta residencial y los precios de esta oferta marcan gran parte de las decisiones. Hay más mujeres (51,8%) que hombres que cambian de barrio, una tendencia que también está más extendida entre el ciudadano local (54%) que entre el extranjero. En cambio, un extranjero que se desplaza lo hace tres veces más que los que tienen nacionalidad española. El último aspecto a destacar es la edad en que los barceloneses cambian de piso. Un dato que sorprende poco, puesto que los jóvenes se trasladan mucho menos que los adultos. La media de edad de las personas que se mudan es de 34,6 en el caso de las mujeres y de 33,4, en el de los hombres.
Los movimientos por distritos
La mitad de personas que cambian de domicilio y que se quedan en Barcelona optan por trasladarse en otro piso de su distrito: Nou Barris (60,0%), Sarrià-Sant Gervasi (55,7%) y Sant Martí (53,4%) destacan como los tres con una tasa de autocontención más grande. Bien contraria es la situación de Gràcia (37,4%) y les Corts (37,8%), los dos distritos que tienen más dificultad para retener sus vecinos. Ahora bien, ¿a dónde van todas estas personas? El padrón municipal dibuja movimientos entre distritos muy variados, sin detectar un patrón evidente.

El fenómeno de los ‘desahucios invisibles’
Algunas de estas personas que deciden cambiar de piso lo hacen obligadas por su situación contractual. Así lo denunciaba el Sindicato de Inquilinos a finales de marzo al TOT Barcelona. Según los datos facilitados entonces por el sindicato –extraídas de un estudio de la cooperativa Hidra–, casi la mitad de las mudanzas (45,8%) que se producen en Barcelona, a la hora de la verdad, son producto de una subida del precio del alquiler, que se vuelve inasumible para el inquilino. En este aspecto, el portavoz del sindicato, Enric Aragonès, lamentaba al TOT que se haya normalizado «que haya personas que están obligadas a mudarse periódicamente».
