Los Mossos d’Esquadra están desalojando la casa ocupada de Ca l’espina, situada en la calle Asturias, en el barrio de la Vila de Gràcia. Los agentes antidisturbios han utilizado una grúa para abrir un acceso al inmueble, situado en las plantas superiores del edificio. En el interior de la casa hay varias personas que esperan a los agentes con máscaras blancas y al menos uno de los okupas se ha colgado con un arnés, una táctica que ya utilizaron los ocupantes de las casas del Kubo y la Ruïna, en Sant Gervasi.

Unas cincuenta personas se habían concentrado a primera hora de la mañana para intentar impedir el desalojo, a las que se sumaron un centenar más que venían de una manifestación de apoyo a Palestina. Poco después de las 9.00 llegaron los agentes antidisturbios de la Brigada Móvil (BRIMO) de los Mossos y los manifestantes decidieron disolver la protesta y se marcharon corriendo por la calle Asturias y continuaron la protesta por el barrio.

Varios encapuchados con la cara tapada comenzaron a mover contenedores mientras huían. Algunos intentaron esconderse en una frutería, pero los Mossos los atraparon y los obligaron a salir. A continuación, volvieron a colocar los contenedores en su sitio y retrocedieron con las furgonetas para establecer un perímetro de seguridad alrededor de Ca l’espina. El edificio, que tiene cuatro plantas y lleva cinco años ocupado, lucía varias pancartas a favor de la ocupación como “la Gràcia aburguesada continuará siendo ocupada” y una bandera Palestina.

Goteo de desalojos
En los últimos años en Barcelona ha habido numerosos desalojos de edificios ocupados. Uno de los últimos fue el de La Kolapsada, en Sant Martí, un bloque muy conflictivo que generaba quejas entre los vecinos por las continuas fiestas y conciertos que organizaban, alguno de los cuales había llegado a congregar a 200 personas.