La comisión de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona ha dado luz verde a la aprobación de la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) para ampliar el antiguo cine Comèdia, con el objetivo de que albergue el Museo Thyssen. Se prevé que el equipamiento museístico abra transformado en 2027, con una inversión de 19 millones de euros, ha detallado la teniente de alcaldía de Urbanismo Laia Bonet, que pagarán íntegramente los promotores.
La aprobación inicial ha contado con los votos favorables del gobierno municipal, Junts per Barcelona, PP y Vox, mientras que Barcelona en Comú y ERC se han opuesto. El proyecto prevé la transformación de un edificio patrimonial, el Palau Marcet, como bien cultural de interés local. Si bien las fachadas se preservarán, con la apertura del museo esta esquina de la Gran Via y el paseo de Gràcia cambiará completamente, ya que el edificio crecerá de los 6.700 m² actuales hasta cerca de 10.000, con dos volúmenes diferentes. Por el lado de la Gran Via, el museo ganará nueve plantas, y por el lado del paseo de Gràcia, seis.

Restaurantes, tiendas y un auditorio
El plan aprobado prevé que mayoritariamente los usos del museo serán los socioculturales, con un 25% de actividades complementarias, que permitirán incorporar tiendas especializadas, restaurantes, salas de exposición, talleres y un auditorio para 450 personas.
Si bien Bonet ha defendido la apertura del Museo Thyssen, porque reforzará el papel de Barcelona como referente cultural, Barcelona en Comú y ERC han mostrado sus discrepancias. A juicio del concejal de los Comuns, Guille López, un museo como este no debe instalarse en el corazón del Eixample, una zona saturada de visitantes. También ha considerado que el crecimiento del edificio es «desproporcionado».
El edificio se modifica de «manera drástica y contundente»
Desde las filas republicanas, la concejala Eva Baró ve la llegada de la colección Thyssen como muy importante para Barcelona, pero ha opinado que no puede ser a costa de destrozar el edificio. «Lo que no podemos hacer es dañar nuestro patrimonio cambiando las fichas del catálogo para encajar aquello que no cabe en estos momentos. La propuesta modifica el aspecto del Palau Marcet de manera drástica y contundente, y de rebote el paisaje urbano de una de las esquinas más icónicas del paseo de Gràcia», ha advertido.