Los cinco jóvenes detenidos en las protestas posteriores al desalojo de la Antiga Massana, en el Raval, denunciarán a los Mossos d’Esquadra por las lesiones que sufrieron durante las cargas y el arresto. El abogado de los activistas, Martí Abril, ha explicado que los jóvenes están en la Ciudad de la Justicia esperando a pasar a disposición judicial y ha informado que, además de comparecer como investigados, también lo harán como denunciantes. Una cuarentena de personas se han concentrado en el exterior de la Ciudad de la Justicia con fotografías de las heridas y los golpes que recibieron durante las protestas de la mañana. También han asegurado que con el desalojo de la Antiga Massana «no ha terminado nada» y que continuarán luchando contra la «dictadura de políticos y empresarios».
La defensa de los jóvenes ha asegurado que se encuentran en estado de shock a la espera de comparecer ante el magistrado de guardia. Los cinco detenidos son miembros de la Organización Juvenil Socialista y todos disponen de informes médicos que acreditan las lesiones sufridas durante las cargas policiales. El letrado también ha alertado que en los atestados policiales hay informes detallados sobre la actividad de la Antiga Massana, lo que “evidencia que la Brigada de Información del cuerpo se dedica a investigar todos los movimientos revolucionarios”. También ha denunciado que las detenciones son una “decisión política” del Ayuntamiento de Barcelona y la Generalitat para justificar la “militarización del Raval” y el “macrodispositivo” para desalojar el edificio.

Un desalojo relámpago
Los cinco jóvenes fueron detenidos alrededor de la plaza de la Gardunya, donde centenares de personas se concentraron para protestar contra el desalojo de la Antiga Massana. A primera hora de este martes, la Guardia Urbana desplegó un dispositivo relámpago que tomó por sorpresa a las entidades que ocupan el espacio, ya que en el momento del desalojo no había nadie. Cuando los movimientos sociales del barrio se pudieron organizar, ya era demasiado tarde: la policía local barcelonesa había blindado los alrededores del edificio con la ayuda de los Mossos d’Esquadra y se dedicó a contener los embates de los jóvenes manifestantes.
Las protestas generaron momentos de fuerte tensión y tanto la Guardia Urbana como los Mossos golpearon a manifestantes con las porras. El balance de las protestas de la mañana es de cinco detenidos —por atentado contra agentes, desobediencia y desórdenes públicos por intentar cruzar la línea policial y agredir a los agentes—, 19 agentes de los Mossos heridos y 50 activistas heridos. Durante la noche se produjeron más disturbios y protestas que terminaron con dos detenidos más, que están acusados de lanzar piedras a la línea policial y quemar contenedores, y nueve mossos heridos. Unas 2.500 personas se manifestaron por el Raval, según cifras de la Guardia Urbana.
El PSC marca perfil por el desalojo
El operativo de la Guardia Urbana para desalojar la Antiga Massana se produjo pocos días antes de que haya otro polémico desalojo en la ciudad: el de la Casa Orsola. El PSC ha aprovechado el dispositivo para marcar perfil político y enviar una advertencia. El concejal de Seguridad, Albert Batlle, aseguró que la actuación policial está “plenamente blindada” desde el punto de vista jurídico y ha advertido a los movimientos sociales que el consistorio. “No permitiremos que haya más ocupaciones ni actuaciones como las que han motivado la intervención que hoy se ha realizado”, dijo Batlle.




