Vallcarca se está convirtiendo en una zona caliente para el Ayuntamiento de Barcelona. El desalojo de las chabolas de este barrio ha echado más leña al fuego de la crisis de la vivienda. Ahora, el consistorio barcelonés ha lanzado un ultimátum a los habitantes de los dos bloques y el local de Vallcarca de titularidad municipal ocupados: deberán abandonar las fincas el 2 de julio. Concretamente, dos edificios están ubicados en la avenida Vallcarca y una nave situada en la calle Farigola.
El Ayuntamiento señala que si las personas no se marchan, la administración solicitará la autorización judicial para poder ejecutar el desalojo. En declaraciones recogidas por la ACN, el Sindicato de Vivienda de Vallcarca ha señalado que la decisión del Ayuntamiento implica que se queden sin casa cuarenta vecinos, entre los cuales hay hasta trece menores. El sindicato, además, ha hecho un llamado a la movilización y ha lanzado una advertencia al consistorio asegurando que «no pasarán».

Vallcarca, barrio caliente
Desde el Ayuntamiento intentan apagar el fuego y señalan que la recuperación de estas fincas se plantea porque “están ocupadas de manera ilegal desde hace unos seis años” y se ha detectado que hay “situaciones de infravivienda con riesgo grave para las personas que residen, tal como han valorado los servicios municipales”. Fuentes municipales señalan que estas fincas las adquirió la administración en el año 2015 tras un proceso de expropiación impulsado por los anteriores propietarios y ha advertido que hace más de dos décadas -desde el año 2002- que tienen diversas afectaciones, motivo por el cual no pueden asignarse a otro uso ni rehabilitarlas. “La única alternativa respecto a estas fincas era y es derribarlas”, señala una administración barcelonesa que alerta que “en esta situación de afectación urbanística, el Ayuntamiento no puede garantizar la seguridad y buen estado de las fincas y, por tanto, evitar riesgos para las personas”.

