La cuenta atrás para el primer desahucio de la Casa Orsola encara su recta final. Después de dos intentos suspendidos y un periplo judicial de casi dos años, la Audiencia de Barcelona ordenó hace unos meses finalmente el desahucio de Josep Torrent, el primero de los vecinos de esta emblemática finca centenaria del Eixample que podría perder el piso donde ha vivido durante más de dos décadas. Su caso y el del resto de inquilinos afectados de este edificio -ubicado en la intersección entre las calles de Calàbria y del Consell de Cent- los ha convertido en un verdadero símbolo de la lucha contra la especulación en la ciudad.

Ante el inminente lanzamiento y dado el eco mediático que ha tenido la cruzada particular de estos vecinos, Torrent ha decidido escribir una carta abierta dirigida a las autoridades explicando su caso y denunciando la situación que viven muchos barceloneses a causa de la ausencia de regulaciones efectivas que eviten que se pueda especular con la vivienda de una manera tan flagrante como esta. El mensaje va dirigido al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni; el presidente de la Generalitat, Salvador Illa; y el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, a quienes acusa de ser los «responsables» de este desenlace y de no haber hecho nada para detener un fenómeno que cada vez cobra más víctimas.

El mensaje íntegro

Como seguro que ya saben, el vecindario de la Casa Orsola (que corresponde a las fincas de la calle de Calàbria, 137 y calle del Consell de Cent, 122 de Barcelona) estamos sufriendo un proceso de expulsión de nuestros hogares desde que Lioness Inversiones, propiedad de Albert Ollé Bartolomé, compró ambas fincas en octubre de 2021 para hacer alquileres de corta duración.

Si en el momento de la compra, en las dos fincas había 27 familias inquilinas viviendo (entre contratos indefinidos y alquileres de duración habitual), ahora mismo solo hay 18 pisos habitados, 5 de los cuales tenemos procedimientos judiciales abiertos donde se pide nuestro desahucio. En los pisos donde han conseguido echar a nuestros vecinos y vecinas, se han hecho alquileres de temporada a unos precios que triplican lo que pagamos nosotros. Este hecho es la prueba clara de cuáles son las intenciones de la propiedad.

Durante estos más de tres años, hemos hecho pública la situación tanto como hemos podido y nos hemos dirigido también al Distrito del Eixample, al Ayuntamiento de Barcelona y al Parlamento de Cataluña. Les hemos estado explicando desde hace tiempo que los alquileres de temporada están sirviendo para saltarse la regulación de precios y echar al vecindario del barrio. Más allá de palabras de apoyo vacías, sus administraciones no han hecho nada para evitar que nos encontremos donde estamos ahora.

Yo soy Josep, uno de los vecinos de la Casa Orsola, y después de vivir 22 años en la finca, tengo fijada la fecha de mi desahucio para el próximo viernes 31 de enero. Pero he decidido quedarme pacíficamente en casa cuando vengan a echarme. 

Sinceramente, de ustedes y sus gobiernos, ya no esperamos nada. Si hoy es posible y sale a cuenta formar una SICAV para ahorrarse impuestos, comprar un edificio entero, expulsar a todo el vecindario, hacer alquileres de temporada y triplicar los precios es por las decisiones que han tomado. Son responsables.

No hace falta decir que, sin embargo, sé que no estoy solo. Tengo todo el vecindario a mi lado para impedir el desahucio, junto con el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos, las entidades del barrio y la ciudad y las cada vez más personas que nos apoyan.

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