La consultora PwC ha elaborado un estudio, a petición de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Barcelona (Apartur), para defender la presencia de pisos turísticos en la capital catalana. El informe advierte que retirar las licencias de viviendas de esta tipología tendrá efectos negativos para la ciudad de Barcelona, ya que podría conllevar una pérdida de 1.900 millones de euros de contribución al PIB y unos 40.000 puestos de trabajo. Unas afirmaciones, sin embargo, que desde el Ayuntamiento barcelonés, en manos de Jaume Collboni, han desmentido tajantemente. El comisionado de vivienda del consistorio, Joan Ramon Riera, «niega la mayor» y replica a Apartur que eliminar los pisos turísticos, como quiere hacer el gobierno municipal en el año 2028, generará actividad económica.
De hecho, desde el Ayuntamiento, a pesar de las conclusiones del informe de la consultora, están convencidos de que destinando a vivienda residencial los 10.000 alojamientos turísticos, una vez se renueven las licencias, se generará actividad económica, ya que estiman que cerca de 25.000 personas podrán vivir en estos pisos: «No podemos renunciar a esto», ha insistido Riera, que ha invitado al sector turístico de la ciudad «al terreno de la razonabilidad»: «No estamos poniendo nada sobre la mesa que no sea razonable», ha aseverado. El comisionado de vivienda del Ayuntamiento de Barcelona no ha concretado cuál sería el impacto económico de la medida que pretende reconvertir las viviendas turísticas de la capital catalana en pisos destinados a los residentes, pero sí ha defendido que se trata «de un gran negocio»: «Si de un solo apartamento turístico viven 4 trabajadores, más el lucro del gestor, más el lucro del propietario, y todo a cambio de una licencia por 257 euros… Es un gran negocio«, ha exclamado Riera. «El hogar genera economía», ha concluido.

Las conclusiones del informe
A pesar de los argumentos del Ayuntamiento dirigido por Jaume Collboni, desde la consultora defienden que mantener los pisos turísticos en Barcelona es una buena oportunidad de negocio para la ciudad. De hecho, el informe concreta que la eliminación de esta actividad “tiene un impacto directo de 551 millones, uno indirecto de 1.063 y uno inducido de 314” en el PIB local. En cuanto al empleo, la socia de la multinacional, Anna Merino, asegura que por cada creación de una nueva vivienda turística se generan 4,4 trabajadores de media para el conjunto de la economía barcelonesa, lo que tiene un impacto positivo para la ciudad. En esta línea, la economista también ha apuntado que prescindir de los cerca de 10.000 alojamientos turísticos en Barcelona supondrá renunciar a 58 millones de euros de la tasa turística -según los datos del consistorio del año 2023.