El gobierno de Barcelona defiende que «no se ha hecho ninguna modificación» del proyecto de la ronda de Sant Antoni y califica los cambios presentados últimamente como «ajustes de la obra». El regidor del Eixample, Jordi Valls, se ha defendido así de las críticas de la exteniente de alcaldía de Urbanismo y ahora portavoz de los Comunes, Janet Sanz, que acusa al gobierno socialista de perpetrar una «chapuza» en la ronda de Sant Antoni con una nueva «ocurrencia» que va en contra, dice, del consenso de «la mayoría» de entidades del barrio.
El Ayuntamiento ha modificado el proyecto en dos zonas concretas. Una primera modificación entre las calles de Casanova y Villarroel permitirá el paso de vehículos privados. Si bien la idea inicial es que solo puedan pasar servicios y vecinos, el ejecutivo no ha aclarado cómo piensa controlarlo. «En este entorno no tenemos previsto que pasen coches. Ahora bien, ¿un taxi puede pasar con un vecino que tiene una pierna rota? Esto es el que estamos intentando hacer», ha respondido Valls durante su intervención. El otro cambio importante es que el cordón de servicios entre Villarroel y Conde de Urgell finalmente se hará a la acera del Arrabal.
El debate entre los Comunes y el gobierno ha protagonizado uno de los puntos de la Comisión de Urbanismo de este martes. Los de Ada Colau han presentado una proposición que pide al gobierno «volver a los acuerdos» que había con las plataformas vecinales y que la ronda de Sant Antoni sea «un espacio libre de vehículos privados, pacificado y seguro». La propuesta ha salido adelante gracias, en parte, a la abstención del PSC, a quien Janet Sanz ha acusado de cambiar el voto «por no quedarse atrapado con el PP y VOX». Valls, en cambio, ha respondido que en el último consejo de barrio no tuvo la sensación de que los vecinos se opusieran al cambio. La siguiente comisión de seguimiento será antes de octubre, ha confirmado el regidor.
El resto de grupos lamenta el «espectáculo»
Las posiciones del resto de grupos respecto a las obras que tienen que pacificar la ronda de Sant Antoni no han cambiado en los últimos años, tampoco en esta última comisión de Urbanismo. En nombre de Junts, la regidora Francina Vila se ha mostrado «perpleja» por la proposición de los Comunes y ha reprochado tanto a la formación de Ada Colau como a los socialistas «años de demagogia» con un proyecto que, insisten, ya estaba «trabajado y consensuado» en 2018. «Haremos una abstención por responsabilidad, porque hay que religar dos barrios con realidades sociales diferentes. Estamos en 2024 y el proyecto todavía no ha visto la luz», ha rematado.
En la línea de Junts también se mantiene el PP, a quien nunca le ha gustado la pacificación que proponía el ejecutivo de Ada Colau. «Nunca ha habido consenso en este proyecto, que incumple las normas urbanísticas», ha espetado Juan Milián. El popular insiste que los vecinos quieren «descanso» y que el proyecto actual supondría un riesgo para nuevas «botellones». VOX también ha votado en contra.
Bastante diferente es la opinión de ERC, mucho más próxima a la pacificación propuesta en los últimos años. En todo caso, los republicanos han lamentado que BComú «vaya con ganas de tener de nuevo una batalla con el gobierno» y han recordado que los dos «lo han hecho mal» con la ronda de Sant Antoni. Rosa Suriñach, a quien, por cierto, Janet Sanz ha traspasado la responsabilidad de parar las intenciones socialistas «si entran al gobierno», ha anunciado un voto a favor de la proposición por «responsabilidad».
