Los Mossos d’Esquadra han desplegado este miércoles por la mañana un fuerte dispositivo policial para poder desahuciar a Josep Beltrán, uno de los vecinos afectados por los retrasos en el proyecto urbanístico del Calaix de Sants. Hasta diez furgones de los antidisturbios de la policía catalana se han desplazado hasta la calle de Burgos con el objetivo de ejecutar el lanzamiento, que ya pudo ser detenido por la presión ciudadana hace justo dos semanas. Desde primera hora de la mañana, cerca de un centenar de personas se han concentrado frente al número 43 de esta vía, la puerta que da acceso al pasaje con doce casitas donde nació y ha vivido casi toda su vida este hombre de 66 años. La movilización ciudadana no ha conseguido finalmente detener este segundo intento y, tras cerca de dos horas de resistencia, los antidisturbios han desalojado a los manifestantes y han forzado la puerta que da al pasaje, ejecutando el desahucio.
Cuando murió el padre de Beltrán en 2021, la propiedad -un gran tenedor– se negó a subrogarle el contrato de renta antigua y lo denunció por impago. Ahora el hombre no solo ha perdido su domicilio, sino que también podría perder el derecho a realojo como afectado por este plan urbanístico, un extremo al que no se habría llegado si el proyecto del Calaix de Sants hubiera cumplido los plazos previstos para la reubicación y expropiación de los afectados. Tras conseguir detener el primer intento el pasado 10 de noviembre, la movilización ciudadana pretendía volver a hacerlo, dado que ni la propiedad ni la comitiva judicial habían querido negociar con los representantes del Grup d’Habitatge de Sants (GHAS), que asesora y acompaña al hombre en este proceso. La concentración ha contado con el apoyo de varias entidades como la Confederació Sindical d’Habitatge de Catalunya (COSHAC) y sindicatos de vivienda de otros puntos de la capital catalana.
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— Confederació Sindical d’Habitatge de Catalunya (@coshac_sindicat) November 26, 2025
Miembros del GHAS y de otras entidades pro vivienda se han desplazado tras la ejecución del desahucio hasta la sede del distrito de Sants-Montjuïc para denunciar el desalojo vivido esta mañana, responsabilizando tanto al propietario de los terrenos como al Ayuntamiento por inacción, y para exigir un realojo digno para el afectado, que se encuentra en una situación de vulnerabilidad importante, sin ninguna alternativa de vivienda.
Dos décadas de espera
Es necesario recordar que vecinos como Beltrán llevan más de dos décadas esperando que se desbloquee la Modificación del Plan General Metropolitano (MPGM) que debe permitir la transformación de este ámbito, desafectando más de medio centenar de viviendas y reubicando a las familias afectadas por las expropiaciones. La previsión es que los inquilinos acaben realojados en el nuevo edificio que debe erigirse en el solar que se extiende en la intersección entre las calles de Burgos y de la Riera de Tena, frente a la estación de Mercat Nou. Inicialmente, el inmueble debía estar construido a principios de 2020, una fecha ampliamente superada. Con la inminente segunda fecha de desahucio del afectado, se logró aprobar inicialmente hace poco más de una semana una modificación del Plan General Metropolitano (PGM) que reconocía la necesidad de que esta pieza urbanística conformada por las doce casas pasara a manos públicas y que las familias pudieran ser realojadas dignamente.
Viendo que este cambio urbanístico estaba pendiente de la aprobación definitiva, los inquilinos de este pasaje de la calle de Burgos enviaron la semana pasada una carta a la concejala de Sants-Montjuïc, Raquel Gil, pidiéndole su intermediación para llegar a un acuerdo con la propiedad para adquirir la parcela, evitando así el desahucio y protegiendo al resto de familias afectadas. «Somos conscientes de que la nueva planificación ofrece una solución de futuro, pero todas sabemos que su ejecución tardará. En cambio, los desahucios y la incertidumbre que vivimos son inmediatos. Vivimos con angustia, pendientes de lanzamientos judiciales y sin ninguna garantía clara sobre nuestro futuro», señalaban los vecinos en la misiva.

