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FOTOS | Set décadas con el tiempo detenido en la plaza de Cataluña

El carril bici de la plaza de Cataluña quedará pospuesto, como mínimo, hasta que termine la reforma de la Rambla en el año 2027. Así lo anunció el Ayuntamiento de Barcelona al presentar el nuevo plan de expansión de los carriles bici en la ciudad. Pero además, la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet, reconoció que el nuevo aplazamiento está vinculado a la futura reforma de la plaza, sin fecha concreta. Una plaza que se urbanizó por primera vez en el año 1927 y que ha vivido pocas transformaciones desde entonces. De hecho, hace sesenta y cinco años que el tiempo se ha detenido en esta plaza, porque vivió la última gran reforma en 1959, cuando se instaló la rosa de los vientos que hay en el centro. Desde entonces solo se ha hecho una actuación en el subsuelo a principios de los años noventa, para sustituir las galerías comerciales de la avenida de la Luz por las estaciones de metro y ferrocarriles y las conexiones correspondientes. Pero el embrión de la plaza de Cataluña es mucho anterior. De hecho, desde el derribo de las murallas de la ciudad, a mediados del siglo XIX, se pensó en un uso para las cinco hectáreas que ahora ocupa la plaza de Cataluña. Dos grandes vías que se cruzaban en el centro y una plaza circular fue la primera fotografía de este símbolo de Barcelona.

Barracas, carpas y terrazas fuera

En el año 1895, el Ayuntamiento de Barcelona expropió todas las construcciones que había en la actual plaza, y comenzó su derribo. Barracas, carpas y terrazas desaparecieron y la plaza pasó seis años sin urbanizar, acumulando barro y polvo. Finalmente, en 1902, el arquitecto municipal Pere Falquès i Urpí, ajardinó la plaza trazando dos grandes vías de veinte metros que unían la rambla de Cataluña con el Portal del Ángel, y el paseo de Gracia con las Ramblas. A su alrededor, magnolias, plátanos y flores diversas en un espacio de tierra perfectamente nivelado.

El arco de las fiestas, en la plaza de Cataluña a principios del siglo XX

Primera urbanización de la plaza: 1927

Ahora bien, después de esta primera urbanización, llega la que será la gran transformación en el año 1927, con ocasión de la Exposición Internacional de 1929. El primer proyecto seleccionado fue el del arquitecto Puig i Cadafalch, pero fue sustituido por el de Francesc de Paula Nebot, y después de iniciarse las obras, se cambiaron los planos por los de Joaquim Llansó. A partir de entonces, la plaza se convirtió en el enlace entre Ciutat Vella y el Eixample. Y con esta fisonomía, la plaza de Cataluña llegará hasta el año 1959, cuando se instaló la rosa de los vientos en el centro. Después llega una modificación del subsuelo en los años noventa, pero que no afecta la estética de la plaza, que ha permanecido impasible al paso de casi siete décadas hasta hoy.

La plaza de Cataluña en el año 1920, durante una reforma que culminaría en el año 1927 Josep Domínguez Martí / Wikipedia

La última reforma, en 1959

La reforma de la zona norte de la Plaza Cataluña ejecutada en el año 1959 supuso la desaparición del antiguo surtidor y su sustitución por las dos fuentes monumentales actuales. Pero, al mismo tiempo, sirvió para reordenar el entorno. Tal como se explica en el blog Barcelofília, bajo el mirador que hay entre las fuentes se extendió un gran parterre de césped de ligero pendiente y en el centro se instaló un curioso reloj floral con tres manecillas (horas, minutos y segundos), que funcionaba mediante un dispositivo mecánico enterrado bajo la esfera. El aparato fue donado al Ayuntamiento de Barcelona por el presidente del Gremio Sindical de Relojeros Josep Maria Portusach y fue inaugurado el 26 de septiembre de 1959.

1959.- El reloj floral situado entre las dos fuentes monumentales poco después de ser inaugurado. (Foto: Zerkowitz)

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