A Foment del Treball todavía se recuerdan en los ocho años en los cuales Ada Colau fue alcaldesa de la ciudad. Este miércoles el presidente de la patronal catalana, Josep Sánchez Llibre, ha prácticamente maldecido el exalcaldesa cuando estaba haciendo la introducción de la conferencia del presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. El líder de la gran empresa estaba saludando las autoridades presentes a la sala, entre ellos el presidente del grupo municipal del PP en la capital catalana, Daniel Sirera, cuando ha tocado el turno del presidente de la cámara de comercio de los Estados Unidos en España, Jaime Malet. Desgraciadamente, el saludado todavía no había llegado cuando Sánchez Llibre se ha recordado de Colau y ha exclamado: todavía no ha llegado y tardará poco porque gracias al exalcaldesa es imposible llegar a la hora en esta ciudad.
Con este comentario, el empresario ha reafirmado, una vez más, que las relaciones entre San Jaime y el número 32 de la vía Laietana no fueron nunca muy buenas en los últimos ocho años, con los comuns liderando el ayuntamiento. De hecho, desde Foment se exclamó en varias ocasiones que las políticas urbanísticas de Colau, dirigidas por Janet Sanz, nunca disfrutaron del beneplácito de los empresarios. Uno de los otros motivos por los cuales todavía los gustan menos las reformas planificadas es que la sede de Foment está justo en vía Laietana, en la plaza Antoni Maura, que implica que hace más de un año que tienen obras ante la sede, por lo cual llegar hasta allá en vehículo privado es más complicado.

El último ejemplo de esta mala marejada el verano pasado después de que un juzgado sentenció que se tenía que revertir la reforma de la calle Consejo de Ciento. En aquella ocasión la patronal catalana reclamó que se parara el proyecto superilla. En un comunicado conjunto con Barcelona Abierta, la patronal remarcaba que la sentencia en cuestión les “da la razón” en contra la reurbanización de los esos verdes del Eixample. Además, insistieron que el Ayuntamiento de Barcelona -dirigido por Colau entonces- actuó «mal» y recordaron que ya le habían pedido “prudencia” en el consistorio con estas reformas.