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El plan de regeneración del Besòs falla: «El barrio se cae a pedazos»

“El barrio se cae a pedazos y no tenemos alternativas”. Clara y contundente, Teresa Pardo advierte que el retraso del programa de regeneración urbana del Besòs-Maresme puede tener consecuencias “muy graves”. La activista vecinal, miembro de la plataforma SOS Besòs, vive en un bloque altamente degradado por la aluminosis. El Ayuntamiento incluyó su finca en una de las 10 a reformar de forma “prioritaria”, pero cinco años después aún espera que comiencen las obras. La prueba piloto en el Besòs, que incluye cerca de 200 viviendas, tiene un grado de ejecución muy bajo. Solo hay una finca -calle de Messina, 11- completamente reformada y dos más -Prada, 12 y Marsala, 6- están en marcha. Las otras seis aún no han comenzado las obras. Debían comenzar entre octubre de 2024 y marzo de 2025, pero los vecinos continúan esperando: en cuatro fincas afectadas, el inicio de obras ahora se prevé entre abril y mayo, y las otras tres aún no tienen las obras licitadas.

En una conversación con el Tot Barcelona, Pardo resta credibilidad a las nuevas fechas. “Hace dos años que nos vienen retrasando el inicio de las obras”. La vecina critica la gestión del Ayuntamiento, sobre todo porque estos retrasos ponen en peligro la llegada de los fondos europeos Next Generation. La ley consensuada entre el gobierno español y Bruselas dicta que, para acogerse a esta ayuda, hay que tener la reforma completada antes del 30 de junio de 2026. Ninguno de los seis bloques que aún esperan cumplirá este requisito. Fuentes municipales apuntan al TOT que el Ayuntamiento ha pedido al gobierno español un cambio que incluya también todas aquellas fincas que hayan comenzado las obras antes del 30 de junio, un hecho que permitiría, entonces sí, acogerse a la ayuda europea. “Hace tiempo que les advertimos que íbamos muy justos. Nos han informado que pedirán una prórroga, pero, ¿qué ha respondido el ministerio? Eso ya no lo sabemos”, se queja Pardo. 

El soterrani del número 10 del carrer de Catània | Jordi Play
Así está el sótano del número 10 de la calle Catània, en el barrio del Besòs | Jordi Play

El gobierno municipal quita hierro a la situación, remarcando que el programa de regeneración urbana “tendría continuidad más allá de la financiación de los fondos Next Generation”. “Es un tema muy importante para el Ayuntamiento”, apunta. Pero los vecinos temen -de hecho, aseguran- que la demora de las obras afecte su bolsillo. “Los fondos Next Generation, para este tipo de ayudas, no tributan, pero si se pierden y se vehicula la reforma a otra subvención, sí. Que se hayan retrasado las obras hará que tengamos que pagar más”, sentencia la vecina afectada. Aún más, desde SOS Besòs exponen que el proyecto se ha encarecido un 20% desde que se planificaron y que dos empresas se han llegado a retirar porque los precios licitados por el consistorio caducaron. «Ya no les salía a cuenta». En 2023, el costo total del proyecto se valoraba en unos 30 millones de euros. Esto supone un gasto de 89.500 euros por vivienda, en los casos que la reforma es integral. Europa asumía el 16% (15.000 euros), el Ayuntamiento el 70% (63.000) y los vecinos el 14% restante (12.000). En el caso en que la reforma solo requería una adaptación energética, la contribución europea permitía cubrir el 45% del gasto. 

Las fincas del Besòs que entraron en la prueba piloto

«Medio barrio» pendiente de ser reformado

El embrollo con la prueba piloto del Besòs es nada comparado con el conjunto de edificios con problemas. “Medio barrio está afectado”, avisan las plataformas vecinales. El Ayuntamiento ha incluido en el programa de regeneración 54 comunidades de vecinos más del Besòs, lo que equivale a poco más de un millar de viviendas, pero no está previsto licitar ninguna de estas obras en este mandato. De todas ellas hay 38 comunidades, las que se consideran más prioritarias, que tendrán que esperar hasta 2027. Las otras aún no tienen fecha. “El Ayuntamiento minimiza el riesgo, pero tenemos informes de los Bomberos que lo acreditan. Ha habido gente desalojada y pisos apuntalados que no verán luz hasta la próxima legislatura”, lamenta Pardo. 

Una finca de la calle Catània es uno de los ejemplos. Los Bomberos de Barcelona actuaron en noviembre del año pasado por unas filtraciones de agua. Ya entonces apuntaban que el sótano está apuntalado “desde 2019”. El informe, que ha podido consultar este diario, resume las actuaciones de aquella tarde. “Valorado el riesgo de colapso parcial/total del techo de diferentes estancias, [la vivienda] se apuntala con 13 puntales en la cocina, la sala de estar y una habitación situada entre el baño y el dormitorio”. El informe también detalla que los Bomberos y la Urbana informaron a los propietarios “del riesgo de colapso del techo y de la recomendación de alojarse en otra vivienda o a través del CUESB”. Esta finca es una de las que el Ayuntamiento ha pospuesto hasta 2027, insiste Pardo. “No hay fecha firme para la reforma y mucha gente tampoco tiene ningún plan B”, sentencia la líder vecinal. 

Informe de los Bomberos donde se apunta el estado de un inmueble apuntalado en el Besòs

Frente común en la oposición para pedir responsabilidades

Esta situación ha unido a toda la oposición contra la gestión del gobierno de Collboni. Junts y Barcelona en Comú han pedido la convocatoria de una comisión de urbanismo extraordinaria para “reprobar” a la primera teniente de alcalde y responsable de urbanismo, Laia Bonet. “Las operaciones de regeneración de barrios siempre son operaciones con plazos amplios, o te pones para dar calidad de vida o la gente se te muere por el camino”, ha señalado con dureza el ‘juntaire’ Damià Calvet. Acompañándole, la presidenta de BComú, Janet Sanz: “Nos encontramos en una situación inédita en la que Collboni y la teniente Bonet dejan tiradas a las vecinas del Besòs. Necesitan un compromiso claro y político, pero también de recursos y de trabajo, que sepan cuándo podrán ver sus casas sin riesgo de hundimiento”. 

Los dos principales grupos de la oposición admiten que deberá ser Madrid quien negocie con Europa la ampliación de los Next Generation, pero insisten en que hay una cuestión de gestión municipal que afecta directamente a la concejalía de urbanismo. El grupo municipal de ERC también critica la gestión socialista, pero la amplía al anterior gobierno de Ada Colau, que tenía a Janet Sanz, ahora crítica con Bonet, como titular de Urbanismo. “La actuación para no perder esta inversión europea viene del mandato pasado, por lo tanto, es igual de responsable el gobierno actual como el anterior”, apuntan fuentes republicanas consultadas por este diario. En la misma línea se ha expresado el líder popular, Daniel Sirera. “La situación actual es olvido histórico de los diferentes gobiernos municipales porque ni Trias, ni Colau ni ahora Collboni se lo han tomado en serio”, ha comunicado. 

Edificis en mal estat al barri de Besòs-Maresme. al.luminosi
El barrio de Besòs-Maresme es uno de los que tiene los edificios en peor estado | Jordi Play

El barrio del Besòs-Maresme está ahora en el punto de mira, pero no es la única zona crítica de la ciudad. La oposición ha situado lo que se vive en el eje Besòs en el centro del debate político, pero la situación también es crítica en Trinitat Vella, el otro barrio que se incluyó de forma prioritaria en el plan de regeneración. Las fincas afectadas son más y los niveles de ejecución no mucho mejores. Con la oposición presionando en los consejos plenarios de Sant Andreu, el ejecutivo de Collboni intenta controlar la situación y se reunió la semana pasada con los afectados para actualizar la situación, también compleja. Todo el mundo pendiente de lo que dice Europa. 

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