El Ayuntamiento realizará a lo largo del mes de marzo nuevas mediciones en el edificio municipal de Trinitat Vella, cerrado desde hace más de dos años por la presencia de una sustancia tóxica, formaldehído. Según explicó la concejala de Sant Andreu, Marta Villanueva, en la última audiencia pública del distrito, realizada el 5 de febrero, el consistorio ha firmado un contrato con una empresa homologada externa, que será la encargada de medir los niveles de formaldehído en el equipamiento. Si estos se ajustan a la normativa, se podrá trabajar en el plan de apertura.
Tal como ya informó TOT Barcelona a finales de enero, el gobierno de Jaume Collboni había finalizado la aplicación de un tratamiento de pintura correctora para eliminar el formaldehído, así como realizar las tareas de ventilación. Estos datos fueron confirmados por la concejala en la audiencia pública, en la que explicó también que el mismo Ayuntamiento había realizado mediciones de la presencia de los niveles de formaldehído en el edificio y los resultados parecían correctos. En marzo, deberá ser la empresa externa contratada quien concluya si los niveles de la sustancia se ajustan a la normativa vigente. La concejala detalló que se harán varias mediciones y, si todo sale como esperan, se podrá comenzar a pensar en reabrir. En caso de ser así, el plan contempla una limpieza y la puesta en marcha de las instalaciones después de dos años con el equipamiento cerrado.

Un edificio que costó 6,7 millones
El cierre del Centro de Vida Comunitaria de Trinitat Vella fue anunciado por TOT Barcelona el 2 de octubre de 2023. El inmueble, nuevo de paquete, costó 6,7 millones. Proyectado por el despacho de arquitectos Haz Arquitectura, el equipamiento abrió en marzo de 2022. Pero diez meses después tuvo que clausurarse precipitadamente tras detectarse formaldehído y tres personas sufrieran irritaciones, uno de los síntomas que puede producir el contacto con esta sustancia. Eso sí, en casos de larga exposición, y casi siempre vinculado a la manipulación de la sustancia, puede dar lugar a algunos tipos de cáncer.
Parte de la información que Villanueva dio en la audiencia pública está incluida en una respuesta del 17 de febrero al grupo municipal de Junts per Barcelona. En este documento, al que ha tenido acceso TOT, la edil explica que durante las últimas semanas se han realizado diferentes acciones para reducir la presencia de formaldehído: optimizar el sistema de ventilación y climatización del edificio y aplicar una pintura especial sobre los revestimientos interiores. Y añade que en las próximas semanas está previsto realizar una limpieza del edificio y efectuar mediciones para comprobar la eficacia de las acciones realizadas. En la misma respuesta a Junts, Villanueva también dice que «los servicios técnicos municipales han desarrollado varios análisis y actuaciones para garantizar que el edificio cumpla con la normativa actual, tanto en el ámbito constructivo como de seguridad y salud para las personas desde el inicio de la situación».
Otro grupo municipal que está pendiente de recibir una respuesta del gobierno es ERC. El 21 de enero pasado, el consejero-portavoz republicano en el distrito de Sant Andreu Carlos Rodríguez Escuredo preguntó por escrito por la situación actual del inmueble, los procesos y tratamientos realizados y el calendario previsto en un futuro inmediato, «así como de las condiciones y ubicaciones donde se están llevando a cabo los servicios y actividades que se desarrollaban en el Centro de Vida Comunitaria».

Según reveló en su momento TOT, la presencia del formaldehído «se vincula con los materiales constructivos del edificio«, reconocía el Ayuntamiento en una documentación a la que tuvo acceso este medio. Posteriormente, Jordi Gené, ingeniero y responsable de la madera del Centro de la Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC), opinaba que el motivo de haber formaldehído no era la madera en sí, sino los derivados o tratamientos hechos a la madera u otros elementos, como barnices y pinturas utilizados en la construcción del edificio.
Construido con materiales sostenibles
El equipamiento, situado en la Via Favència con la carretera de Ribes, tiene cuatro plantas de unos 500 metros cuadrados cada una, con una superficie total construida de 2.000 m² más la urbanización de una plaza. El edificio se construyó con materiales sostenibles y no contaminantes y acogía servicios sociales y comunitarios que ahora se están realizando en otros espacios. La construcción fue seleccionada para los premios FAD 2023 y nominada al mejor edificio ArchDaily Awards 202