El alquiler de temporada solo representaba el 2,68% del parque total de vivienda de la capital catalana en el año 2024. Así lo determina el último informe elaborado por la Cambra de la Propietat Urbana (CPUBCN) a partir de los datos del Incasòl, del Departamento de Vivienda y el Ayuntamiento de Barcelona. En detalle, según apuntan desde la cámara de la propiedad barcelonesa, el parque de alquiler disponible de la capital catalana subía a 314.144 viviendas, mientras que el número de contratos temporales que se acabaron firmando durante el 2024 se limitaba a 8.406 a lo largo de todo el año. Aunque, según los datos del informe, el alquiler de temporada representa una pequeña parte de los pisos disponibles en Barcelona, el auge del alquiler de temporada, y, por consecuencia, la subida de los precios, se ha convertido en uno de los principales factores que presiona a los barceloneses a la hora de buscar piso.

En este sentido, sin embargo, desde la Cambra de la Propietat Urbana recuerdan que el alquiler de temporada es legal, está amparado por la LAU, y no está sujeto a las limitaciones de renta. Además, justifican que el importe es más alto debido a los mayores costes de gestión y la alta rotación de usuarios, pero también porque tiene una fiscalidad superior al resto del alquiler. En esta línea, para defender el alquiler de temporada ante las constantes críticas de la sociedad catalana, la entidad también destaca que esta tipología de contrato tiene unas funcionalidades concretas para dar respuesta a una población flotante.

El gerente de la Cambra de la Propietat Urbana de Barcelona, Òscar Gorgues / Albert Hernández (ACN)

Desvincular el alquiler de temporada de la crisis de la vivienda

Desde la entidad que dirige Òscar Gorgues también intentan desvincular el alquiler de temporada de la crisis de la vivienda que golpea Barcelona. De hecho, desde la cámara atribuyen que el problema en un mercado de alquiler tensionado radica en una oferta limitada y en una demanda elevada, lo cual se añade, desde su punto de vista, a una regulación que «desincentiva» el alquiler estable. En esta línea, el último informe de la entidad también afirma que la duración media de los contratos de temporada se sitúan en los 12,42 meses durante el año pasado, según una muestra de más de 1.400 contratos registrados por la Cambra. Una cifra que, para la cámara, «confirma que muchos contratos temporales tienen una duración alrededor del año».

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