Después de días de incertidumbre, con comunicado público incluido del tejido vecinal, el terremoto de los presupuestos han servido para descoyuntar el futuro de la avenida de Meridiana. El ejecutivo liderado por Jaume Collboni no se olvida de una reforma impulsada por el gobierno liderado por Ada Colau –del cual formaban parte– y promete iniciar los trámites para culminar el proyecto. Fuentes del gobierno socialista recuerdan al TOT Barcelona que el segundo tramo ya está presupuestado y hacen mención a los documentos que se intercambiaron PSC y BComú durante la fallida negociación presupuestaria, en los cuales se otorgaba una inversión de 26 millones durante todo el mandato en la Meridiana. En este sentido, el ejecutivo insiste que quiere transformar la Meridiana «en un eje cívico de referencia por la ciudad, más amable y con más espacio para el peatón y la movilidad sostenible».
El PSC ha acusado a los comunes de dejar caer un presupuesto que contemplaba, dicen, el 90% de sus reclamaciones. Entre ellas, la continuidad de la reforma de la Meridiana. La contrapropuesta que los socialistas enviaron a BComú recogía las siguientes intenciones: «Continuar con la transformación de la Avenida Meridiana hasta Fabra y Puig a lo largo del mandato, destinando 3,5 millones de euros el 2024 y 26 millones de euros en el mandato, y redactar el proyecto ejecutivo de la transformación hasta el Pont de Sarajevo». Aún más, en la propuesta de presupuestos vigente –que ha sido declinada por los grupos, pero que seguramente saldrá adelante vía moción de confianza– el PSC recoge dos actuaciones para el 2024 en la Meridiana: por un lado, los 3,5 millones mencionados para la urbanización entre Felipe II y Fabra y Puig, y, por otro, una segunda partida de 25.518,88 euros destinada a «redacción de proyecto», uno de los puntos que generaba más desconfianza en el vecindario.

El vecindario lo acusa de actuar sin transparencia
Una quincena de entidades, entre las cuales hay la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB), han acusado al nuevo gobierno de gestionar las obras sin transparencia. Mantienen que no se los está informando de cómo van los procedimientos y ven con «preocupación» que Jaume Collboni no haya puesto en marcha los proyectos inacabados durante el mandato ni tampoco las siguientes fases. De hecho, una de las quejas vecinales es la opacidad con la que el ejecutivo ha gestionado la reurbanización del segundo y tercer tramo, los dos que quedan por hacer.
El vecindario remarca que el segundo tramo de las obras tendría que haber finalizado «el mandato pasado» y, sobre el tercero, mantienen que solo disponen de «el estudio técnico de viabilidad» y que el departamento de urbanismo no les ha comunicado nada del «proyecto ejecutivo que lo tiene que avalar». La gota que ha hecho derramar el vaso es la anulación de una reunión que estas entidades tenían la semana pasada con la responsable del área, la segunda teniente de alcaldía, Laia Bonet. En todo caso, fuentes del ejecutivo alegan motivos de salud y recuerdan que ya se ha acordado una nueva fecha para abril.
Más allá de pedir más información, el tejido vecinal también incide en que hay que revisar algunos aspectos de la obra y aprietan par que el proyecto ejecutivo que todavía queda por hacer –y que está presupuestado– acabe con un «proceso participativo». Fuentes del ejecutivo aseguran que «se abordará la reflexión sobre la continuidad de la reforma de la Meridiana paralelamente» a las obras del segundo tramo. Más complicado lo tendrán los que piden que las obras se alarguen más allá del Puente de Sarajevo, un tramo que necesitaría la coordinación de diferentes administraciones, puesto que la titularidad de la vía se multiplica. El Ayuntamiento no ha dado por ahora ningún indicio que tenga intenciones de alargar la reforma más allá de Sarajevo.

Sobrecoste de las obras
Las obras de la Meridiana saldrán más caras del previsto. Según se explica en el proyecto modificado y aprobado en comisión de gobierno el pasado 14 de marzo, el tramo entre Navas y Espronceda se incrementará en unos 762.000 euros por el desvío de una cañería de fibrocemento de agua y excavaciones manuales por la aparición de restos arqueológicos. Se trata de una situación similar a la que el Ayuntamiento se ha encontrado en la remodelación de la Rambla, que costará 1,6 millones más por la instalación de pilones, el aumento de medición de la partida de arqueología, cambios en la red de alcantarillado y modificaciones en el arbolado, entre otros.



