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Corp bloquea el acuerdo para el intercambio total de la masía Can Raventós

Las vacaciones de verano comenzaban con una noticia de gran impacto para los vecinos de Sarrià. Dos meses después de que el tejido asociativo del barrio protagonizara una unión de fuerzas unánime para convertir Can Raventós en un epicentro cultural, el Ayuntamiento de Barcelona daba luz verde a la propuesta ciudadana y comenzaba las negociaciones con la inmobiliaria Corp para el intercambio total de la antigua masía y los jardines que la rodean. El ejecutivo se había decantado hasta entonces por un intercambio urbanístico parcial, así que este cambio de parecer abría un nuevo escenario que tenía por objetivo desbloquear el callejón sin salida urbanístico que persigue estos terrenos. Cabe recordar que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) anuló el plan y la licencia otorgados a la empresa para construir 59 pisos de lujo en este lugar, una sentencia ratificada por el Tribunal Supremo.

Si el planeamiento anulado permitía a los promotores inmobiliarios la edificación de más de 1.600 m² de techo en los jardines, con la nueva propuesta, Corp mantenía este aprovechamiento urbanístico al que tiene derecho repartiéndolo entre tres solares diferentes: uno calificado de equipamiento de 1.400 metros cuadrados y ubicado en el calle del Monestir y dos más de 500 metros cuadrados cada uno situados al margen de la ronda de Dalt (calle de Isaac Newton), muy cerca de la avenida del Tibidabo. Uno de estos terrenos ya está catalogado urbanísticamente como suelo para vivienda, de modo que se podría comenzar a construir de inmediato. Para los otros dos, antes de edificar se debería modificar el Plan General Metropolitano (PGM). En todo caso, se trataba de una alternativa lo suficientemente atractiva para que la inmobiliaria la considerara, sobre todo teniendo en cuenta la ubicación privilegiada de los nuevos solares y la disputa judicial que acompaña la finca de Can Raventós. Además, de esta manera se podría mantener el 30% de vivienda protegida que debe acompañar la promoción en el distrito.

La masia Can Raventós,
La masía Can Raventós, «el último refugio climático» de Sarrià JORDI PLAY

Negociaciones «muy complicadas»

Cinco meses han pasado desde el inicio de estas negociaciones entre el consistorio y la empresa. A las puertas de las vacaciones de Navidad, aún no tenemos una respuesta oficial por parte de la promotora. Con el objetivo de conocer precisamente cómo avanzaban estas conversaciones, la plataforma Defensem Can Raventós -que lleva años luchando por preservar la masía protegida homónima y el jardín que la rodea- tomó la palabra en el Consejo Plenario del distrito de Sarrià – Sant Gervasi celebrado el pasado jueves 11 de diciembre. «Hemos respetado lo que se nos pidió el julio pasado: discreción y perfil muy bajo en la reivindicación para asegurar y garantizar el éxito en la negociación. Hoy, sin embargo, cinco meses después, esperando una resolución al recurso de casación presentado por Corp, os decimos que el barrio está callado, pero no está dormido y lucharemos por la defensa de Can Raventós», apuntó Pilar Cos, una de las portavoces de la entidad, haciendo referencia también al recurso de casación presentado por la inmobiliaria contra la anulación del plan, que debería resolverse el próximo enero.

La intervención contó con la réplica instantánea de la concejala del distrito, Maria Eugènia Gay. «La negociación está siendo muy complicada, que una promotora renuncie a unos derechos urbanísticos consolidados no es fácil. Se está trabajando tanto como se puede y aquí seguiremos. Se ha ido avanzando en algunos pasos, pero en otros es muy complicado, no os lo negaré», aseguró la socialista. Para luego añadir: «Estuvimos mirando todas las propuestas que se correlacionaron y se han considerado muy seriamente». La respuesta de la concejala tomó un poco por sorpresa a la plataforma, principalmente porque el planeamiento propuesto por el vecindario y validado por el consistorio no implica en ningún caso una renuncia al aprovechamiento urbanístico, sino un traslado de este. Se da la circunstancia de que, en uno de los terrenos propuestos, incluso podría ampliarse aún más este derecho a superficie. Por eso, defienden que la vía del intercambio total implica «pasar de un contencioso largo incierto» a un acuerdo para que la inmobiliaria obtenga unos solares «libres de conflicto y con menos riesgo de litigio y oposición», sin perder la rentabilidad deseada.

El TOT Barcelona se ha puesto en contacto tanto con el Ayuntamiento como con Corp para conocer de primera mano el estado de las negociaciones. A preguntas de este medio, el consistorio señalaba el pasado mes de septiembre que el objetivo de estas conversaciones era que el acuerdo definitivo «materialice una propuesta que permita preservar la masía como equipamiento y el jardín como zona verde, así como garantizar que todas las viviendas se queden en el mismo distrito». Tres meses después, el ejecutivo encabezado por Jaume Collboni mantiene que se está negociando con la promotora siempre con la voluntad de conseguir «el mejor acuerdo posible para la ciudad«. A su vez, desde la inmobiliaria indican que aún no hay ninguna novedad y que continúan valorando la propuesta que les ha trasladado la administración barcelonesa. En todo caso, este silencio no hace más que mantener bloqueado este acuerdo de consenso entre las autoridades y el tejido asociativo de Sarrià.

L'Ajuntament i la propietat no han arribat a un acord per fer una permuta / Jordi Play
El Ayuntamiento y la propiedad no han llegado a un acuerdo para hacer un intercambio / Jordi Play

La propuesta de intercambio total está ligada al proyecto de la Casa de Cultura Popular de Sarrià, que tiene entre sus impulsores a la asamblea de entidades de cultura popular y la Asociación de Vecinos de Sarrià. Este nuevo equipamiento se ubicaría en la antigua masía, que como toda la finca delimitada por las calles de Fontcoberta y Bonaplata pasaría a ser íntegramente de titularidad pública. Esto permitiría dar respuesta a la falta crónica de espacios que afecta a agrupaciones como los castellers, que no tienen un lugar donde ensayar de manera digna. Para dar cabida a todas las agrupaciones que lo necesiten, se sustituiría el edificio de alto standing que Corp quería construir en el extremo del calle de Bonaplata, aprovechando al máximo el suelo disponible, por un anexo contiguo al recinto de unos 500 metros cuadrados de techo.

Con este planeamiento se podría poner fin a una disputa que se remonta incluso antes de 2016, cuando Corp presenta su primer proyecto para construir pisos de lujo en esta finca, hasta entonces ocupada por un frondoso jardín. Los vecinos presentaron una primera tanda de alegaciones para detener el plan y salvar la zona verde. Lograron momentáneamente bloquear la edificación, pero el consistorio acabó validando un segundo proyecto de obras en 2020. Este preservaba el edificio, pero suponía el vaciado de gran parte del jardín que rodeaba la masía, construyendo varios nuevos volúmenes en los terrenos. Ante esta amenaza, la plataforma presentó un año después una denuncia a la Oficina Antifraude de Cataluña, donde se alegaba que el proyecto se había llevado adelante con ciertas irregularidades como presuntos conflictos de intereses por parte del equipo de gobierno del momento.

La resolución llegaba en forma de victoria vecinal en noviembre de 2023, casi tres años después del inicio del proceso y cuando las máquinas ya habían arrasado buena parte del jardín, reduciéndolo a una quinta parte de su superficie. Sería el primero de los varios triunfos judiciales que ha conseguido a lo largo de estos últimos años la plataforma ciudadana, que ha visto cómo la disputa llegaba a manos del TSJC y el Supremo, en ambos casos con veredictos favorables a sus intereses.

Part dels arbres talats fa unes setmanes / Cedida
Parte de los árboles talados en los jardines de la masía de Can Raventós / Cedida

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