El gobierno de Jaume Collboni comprará la única finca del Hospital Clínic que se ha subastado. Se trata del inmueble situado en la calle de las Navas de Tolosa, 339. El pasado verano, el centro hospitalario sacó a subasta cinco bloques de viviendas situados en Barcelona en los que viven un centenar de familias. El Clínic esperaba obtener con la operación 12,7 millones de euros.
La teniente de alcaldía de Urbanismo del consistorio Laia Bonet ha confirmado la compra esta tarde en comisión municipal. Se trata del único inmueble que recibió una oferta por parte de un comprador y lo que ha hecho el consistorio es ejercer el derecho de tanteo y retracto -derecho de compra preferente por parte de una administración, en este caso el Ayuntamiento- por un valor de 460.000 euros.
El precio de salida era de 385.000 euros
Según ha explicado Bonet, el edificio que recibió una oferta por parte de un comprador durante la subasta, el situado en Navas de Tolosa 339, consta de cuatro viviendas y un local. El precio de salida para este lote en la subasta era de 385.000 euros y la oferta que hizo un tercero para comprarlo fue de 460.000 euros. Así, el Ayuntamiento igualará la oferta hecha y ejercerá el derecho de tanteo y retracto para adquirirlo de forma preferente al mismo precio, es decir, 460.000 euros. La compra tendrá lugar antes de enero.
Bonet ha recordado que compran el único edificio que podían. En los cuatro inmuebles restantes, que quedaron desiertos en la subasta, el Ayuntamiento no se quedará «de brazos cruzados», ha afirmado Bonet. Se trata del edificio situado en Gran Via de les Corts Catalanes, 534; la finca de Sardenya, 361; el inmueble de pasaje Prunera, 6; y el bloque de Vallhonrat, 12. El consistorio ya se ha reunido con la Generalitat y el Clínic para encontrar «una solución compartida».
A principios de octubre, en una protesta ante el Clínic, en la que participaron entre otros el Sindicato de Inquilinas y trabajadores del Clínic, el portavoz del Sindicato de Inquilinas, Enric Aragonès, alertó que el riesgo de expulsión del vecindario era evidente y que los edificios, si se acababan subastando, podían acabar en manos de fondos buitre.
