Las dos torres gemelas de la Villa Olímpica, el hotel Vela, la Sagrada Familia y pongamos también la Torre de Glòries. Algunas siluetas urbanas incorporan la Torre de Collserola, la antigua sede de Telefónica, los más comerciales el Camp Nou y los más originales la Hesperia Tower, que en el fondo está en el Hospitalet de Llobregat. El skyline de Barcelona ha evolucionado década tras década, cada vez con edificios más altos y menos originales, hasta convertir la postal que se ve desde el mar en todo un juego.
Siglo XIX y XX: las grandes joyas
A mediados del siglo XX, a la silueta urbana de Barcelona le faltaban ingredientes. Apenas destacaba la estatua de Colón, que estos días ha sabido que será reparada. Más tarde, en 1882 llegó el inicio de la que todavía es la joya de la corona del skyline, la Sagrada Familia. Y con la Exposición de 1929 llegaron los 49 metros de las Torres Venecianas de la avenida de Maria Cristina.

Alrededor de 1970 llegaron tres edificios clave del empresariado catalán. La Torre Godó, conocida inicialmente como Torre Barcelona, y el edificio del Banco Sabadell, ambas construcciones rozando los 80 metros, aportaron un nuevo tipo de edificación a Barcelona. Más bajos ambos que la Sagrada Familia, que cuando esté terminada será el edificio más alto de la ciudad, y por debajo de otros edificios como el edificio Colom, ya construido y que supera los 100 metros.
Década de los 90: la Barcelona Olímpica
El salto a la Barcelona olímpica, a inicios de los 90, es esencial para entender el skyline de la ciudad. Es en 1992 cuando llega la Torre de Collserola, con 288 metros, la construcción más alta, con diferencia, de toda Barcelona. Situada en una colina, a 400 metros del nivel del mar, la torre es todo un emblema de la silueta urbana. Poco antes, también pensando en los Juegos Olímpicos, llegaron el Hotel Arts y la Torre Mapfre. Tienen 154 metros y son las dos torres más altas actualmente del entramado urbano de Barcelona.

Siglo XXI: el salto empresarial
El siglo XXI ha traído consigo el gran salto cuantitativo, pero no tan cualitativo. Destaca el Hotel Vela, que llegó en 2009 y roza los 100 metros, y también la Torre Glòries, inaugurada en 2005 y de 144 metros. A inicios de siglo es también cuando Barcelona impulsa el distrito 22@ y permite la construcción de numerosos rascacielos en el Poblenou. Los más grandes, el Hotel Melià y el Princess, ambos rozando los 120 metros de altura. Las últimas aportaciones son en otras ciudades metropolitanas. Y evidentemente, todas ellas pendientes de la escalada de la Sagrada Familia, que alcanzará los 172 metros próximamente.



